miércoles, 12 de julio de 2017

Bocas

Jack McCall / Garret Dillahunt


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

El país más antitrumpiano (y antifranquista) del mundo, según las últimas estadísticas, también es el más perezoso, España, esta España mariana que va por la calle con la camiseta de Roncero:
Hola, soy español. ¿A qué quieres que te gane?
Intelectualmente, el político está por encima del intelectual propiamente dicho, acostumbrado a pensar lo mismo que el político, sólo que después.

Político es Macron, que dice una jitanjáfora contra Trump y luego se marca una carrera de San Fermín (con curva de la Estafeta incluida) entre sus colegas para abrazarse en la foto a la cintura de Trump.

Intelectual es Savater, filósofo máximo de la nación, que reacciona al discurso de Trump en Varsovia con un análisis de la boca (“morros de malcriado”) de Trump, que es como si Ussía hubiera reaccionado al discurso de Obama en El Cairo con un análisis de las orejas de Obama, teniendo en cuenta que cada vez que el filósofo sale en la tele los niños piden a los Reyes un Juego de la Rana.

En la boca de Trump ya había reparado profesionalmente un académico, que la llamó “boca de lamprea”, obviando que la suya es famosa, además de por caño de tropos, por su parecido con la de Jack McCall (Garret Dillahunt en la serie “Deadwood”), el asesino de Wild Bill Hickok, quien no soportaba los movimientos de boca de McCall en la mesa de póker.
Ignoro la importancia política de la boca de Trump, pero creo conocer el origen de la obsesión bucal del académico y el filósofo, “el Sartre español” que comparó con Cervantes y Dostoyevski a Marías, novelista máximo de la nación, quien en “Todas las almas” (“¡todos al almax!”, decían los graciosillos) hizo con una p… en la boca de Muriel el juego de la náusea que hiciera Sartre con un guijarro en la mano de Roquentin:
Tengo la p… dentro de su boca, pensé al tenerla… Ella no dice nada, porque está distraída. Yo tampoco hablo, pero no estoy distraído, sino que estoy pensando.

Como pensadores, vamos a pensar que todos tenemos algo en la boca, cuando lo tenemos.