jueves, 12 de abril de 2018

Sorpresas espectaculares

A veces el alfa saca la lengua por agotamiento...


... y le sustituye el que menos se espera

Francisco Javier Gómez Izquierdo

   La espectacularidad que hace invencible al fútbol volvió a consagrarse no con un gol, una jugada, un partido, una final, un mundial. No. Ha sido con una serie que por lo que se ve es lo que se lleva en las teles de estos tiempos. La serie de cuartos de la Champions con ocho partidos como ocho capítulos de inquieta emoción que no dejo de reconocer me ha sorprendido (tanto y tan seguido) como no recuerdo, tuvo y tendrá por muchos días a los aficionados en un  filosofar mucho más educativo y enjundioso que esos cartones con membrete que “a lo visto” reparten por las universidades.
       
El Marca titula hoy "fue penalty", como con justificación no pedida de una jugada que usted, un ruso y un inglés pitarían penalty. No es seguro que lo sea -yo creo que sí- pero en vivo y en directo es penalty, en el centro del campo falta, y en el minuto 10 una torpeza de Benatia. Para un servidor, y perdonen la incorrección, el error del árbitro está en alargar 3 minutos el partido, teniendo en cuenta que la Juventus no hizo cambios y el Madrid los hizo en el descanso. Es decir, sólo hubo un relevo que se suele resolver como mucho con un minuto. Nunca los tres de costumbre que para el Real Madrid son como poción mágica. Ramos, que creo tiene tatuado el guarismo, bajó al túnel en busca de esos 180 miligrámaticos segundos que devolvieran al Madrid a su status natural. Y en el 93, en el Bernabéu, ocurrió esa apoteosis del fútbol que inunda de adrenalina no sólo a los protagonistas en el césped sino a millones de aficionados no necesariamente hinchas de cualquiera de los dos equipos.
    
Imagino que el penalty enrabietó tanto a Buffon como a la culerada catalana que ante el 0-3 juventino soñaba con enjugar la pesadumbre de una derrota infamante. Una derrota que llegó por renunciar a los principios holandeses del juego del Barça. Para mí, vuelvo a pedir perdón, el desacierto principal llegó con la titularidad de Busquets. El hombre no estaba para jugar y la presencia e inteligencia que se le suponen a mediocentro tan cabal estaban anuladas por una deficiencia física descomunal. Hubo tantas insólitas actitudes medrosas del entrenador Valverde y sus jugadores que el naufragio se iba asimilando en cada salto de Dzeko, en el talento de Pjianic y en las pérdidas de por ejemplo Iniesta. Aún así es el sorpresón de cuartos. Explicable por el partido de Roma e incluso el de Barcelona, pero sorpresón de los gordos.

    El City-Liverpool también tuvo esas alteraciones que engrandecen este maravilloso juego. Mateu anuló un gol a Sané, que hombre..., pero el error sólo ha de servir de justificación a Guardiola y a sus devotos porque lo cierto es que el Liverpool ha sido, tácticamente sobre todo, superior al City y como reconozco que mi querencia estaba totalmente inclinada a los de Kloopp, la sorpresa del pase me ha sentado estupendamente.

     El Bayern de mi chico, que hoy cumple ya los 24, me ha parecido correcto en el trámite. Estuvimos a punto de ir a Sevilla en la ida, pero se truncó el desplazamiento, y se tuvo que conformar con vestirse de bávaro en el salón. Ayer, con el Bayern y el Madrid en el Bein, se quedó con la emoción del Madrid, convencido de la solvencia de “su” equipo ante rival tan respetable como ganable. La sensación es que no ganó el Bayern porque no lo necesitaba.
     
Como no me he acordado mientras escribía de poner algo de Matuidi, lo pongo al final. ¿Se han fijado en el movimiento de desmarque que hace en el garrafal error de Keylor? ¿Y en la llegada por la izquierda en la que por centímetros quedó fuera de juego? Matuidi ocupa mucho campo, corta, pelea, incomoda, defiende, a veces parece un barullo... pero lo que más me gusta de él es su llegada, capada por la táctica de un entrenador que tampoco confía demasiado en un futbolista que no es tan técnico como Busquets, pero como se dice del catalán, en mi equipo jugaría siempre. ¡Ay Émery! ¿Por qué lo dejaste marchar? En el 0-3 de Turín, recuerden que Matuidi, ("tu Matuidi", me dicen) no fue titular.