viernes, 9 de febrero de 2018

El verdadero anuncio de Rajoy: más sacrificio




Hughes
Abc

La intervención de Rajoy en el ForoABC trajo una declaración sorprendente. Animó a los españoles a ahorrar (lo que está muy bien), pero con objetivos concretos, entre ellos los de complementar las pensiones o la educación de los hijos.
 
¿Para qué hay un Estado del Bienestar si te tienes que pagar las pensiones por lo privado y ahorrar para la educación del hijo? ¿Qué consigue la educación publica entonces y qué pensiones podemos esperar?

La llamada a ahorrar del presidente “ahora que van mejor las cosas” es un cambio sustancial que no viene apoyado de otras cosas.

A ver. El ahorro sale de la renta. Nuestro salario pagará impuestos y lo que dejen los impuestos se destinará a ahorro y consumo, según propensiones y disponibilidad de cada cual. ¿Ha aumentado el salario en España para que podamos modificar nuestra disposición al ahorro? ¿Se ha incrementado tras la crisis y ha recuperado los niveles anteriores? ¿Han bajado los impuestos acaso? Esta declaración de Rajoy es ridícula, cómica y después de ridícula y cómica es indignante. Cuando un gobernante quiere estimular el ahorro lo que hace es bajar los impuestos, no decírselo a los periodistas.
 
Si hiciéramos caso, algún caso de lo que dice este hombre, y, efectivamente ahorráramos más ganando menos de lo que se ganaba y pagando más impuestos de los que se pagaba: ¿a qué niveles deberíamos descender nuestro consumo? ¿A qué cotas de austeridad personal y de sacrificio debemos descender para hacer frente a los salarios postcrisis, los impuestos del liberalismo montoril y el ahorro de la prudencia rajoyita.
 
Un articulista hablaba hoy en la prensa de la trilogía rajoyita (“normalidad, serenidad, estabilidad”). Bueno, pues para mí la trilogía rajoyita es esta: salario postcrisis, impuestos montoriles y (paternalismo pontevedrés) ahorros para un mundo con la pensión colgando y la necesidad de pagar la educación de los hipotéticos hijos.

La prudencia paternalista de Rajoy nos advierte: hay que ahorrar. Para mantener nuestro nivel de cohesión y estabilidad social hemos de aportar cosas de nuestro bolsillo. Es tal cual. El Estado ya no puede garantizarlo del todo. ¿No es esto un nuevo sacrificio? Lo social exige del español un nuevo sacrificio después del salir del sacrificio personal de la crisis. Como diría Cruyff de los fichajes: así gobierna mi portera.
 
Otra cosa sabemos en los últimos años, y es que cualquier crítica al gobierno, cualquier disparidad más o menos emotiva que se salga del lenguaje pseudotecnocrático es considerado populismo, peligroso populismo. Así, el Estado-de-Derecho y su razón de Estado (instrumentalizados por el partido en el gobierno, y, por tanto, plenipotenciario) es la única explicación de todo y a todo.
Pero insisto: el presidente nos trajo la primicia de un nuevo sacrificio para el español. ¡Esta era la gran noticia! Rajoy pide un nuevo español. Superada la crisis sobre la espalda del currito hispánico, toca otro sacrificio distinto: complemente su pensión. Páguela dos veces. El Estado del bienestar se queda en Estado del bienestá. Las formas que esta nueva austeridad, ya sin límite del tiempo, tomarán para adaptarse a nuestro moderno hedonismo creciente, serán de un low cost y de un quiero-y-no-puedo escalofriantes.