domingo, 22 de octubre de 2017

Mentiras

Temporada 91-92
Los comienzos de Juan Merino

Francisco Javier Gómez Izquierdo

  No creo que haya habido nunca en la Historia del Mundo mayor junta de mentirosos que la de ayer gritando sus hipocresías desde esos balcones que son los televisores. Podrían pasar por actores interpretando una tragicomedia sobre las malas costumbres, pero a un servidor al menos, la mayoría de los charlatanes le parecieron cutres titiriteros bestializados con hierbajos adulterados convenientemente y colocados en los pesebres en los que se hartan.  Personalmente me parece inconcebible que existan personas como Puigdemont, los Jordis, Junqueras, la estupefaciente Colau, el argentino de la sillita o los profesores -¡¡profesores!! ¿cómo y porqué?!!!- Iglesias, Monedero y demás... ¿Cómo se consigue que ciudadanos respetables voten a estas personas? “Con profesores  que educan como Iglesias, Colau y Junqueras”, me dice el anciano maestro Rafael, que no ha visto nunca la cadena 6 y a los 80 años se entretiene glosando a Spinoza.
     
 “Cataluña tuvo un Parlamento antes que España”, vomita en el Marca Guardiola. “Somos estado desde el siglo XII”, suelta el reserva de uno de los Jordis, antes del Barça-Málaga, y todos en este plan, por lo que creo que, si tiene que arder Troya, que arda. Con estas cavilaciones me he puesto a ver el Oviedo-Córdoba y me vienen a la magín las mentirosas, más falsas que mentirosas, disposiciones del amo del Córdoba hasta antier:“La mejor plantilla de 2ª, el Madrid de 2ª, el mejor entrenador de 2ª...”.  En la Virgen de septiembre no cambió al entrenador porque nadie quiso venir. Ya conocen su afición al retoque de alineaciones y el que más y el que menos sabe además de la precariedad del equipo. La insostenibilidad de Carrión tras el 1-5 ante el Nástic nos ha traído a Merino, un hombre del fútbol modesto, tipo Bordolás, que antes fue defensa  durante más de diez años en el Benito Villamarín, gradas en las que  murió su padre viendo los comienzos del hijo. Acabó en el Recre, donde estuvo cuatro o cinco años. Fue lateral como Carrión y como el Chapi Ferrer en curiosa querencia del amo del Córdoba.
     
Si alguien puede arreglar el despropósito cordobesista es Juan Merino. Creo que nadie como él y aunque temo que a no tardar va a salir tarifando con “la patronal”, que diría Lucas Alcaraz, confío en el buen oficio del nacido en La Línea. El equipo hoy ha salido a no perder, lógico, y ha dibujado un perfecto 4-4-2 al que quizás le sobraba un delantero, pero el partido discurría, digamos que con viento a favor. A la hora justa Jaime, que estaba siendo el mejor, se despista en una saque de falta en corto ante sus morros que provoca un córner de Aguza y el mosqueo en el nuevo míster. Al botarlo uno de los Ñíguez de Boria, Aarón, lo peina  Guardiola, nuestro delantero, hacia la propia portería y bate a Kieszeck.  El 2-0 vendría en el 94 en plena desesperación del equipo y cuerpo técnico por lo que no lo sumamos en el debe del equipo.  En el haber un apunte, pongamos esperanzador: volvemos a parecer un equipo de 2ª porque nos han ganado en un balón parado y hemos podido puntuar con tres ocasiones claras. El Oviedo, que a pesar del gran Anquela, depende en demasía de la inspiración de Saúl Berjón o el olfato de Toché no ha parecido mejor que el Córdoba, pero el caso es que nos ha ganado. Y ya son ocho derrotas en once partidos.

     Mantengo que así como ante la gran mentira catalana, por la delirante costra de ignorancia contra la que que va a tener que lidiar, el 155 puede quedarse corto, Juan Merino también puede desesperarse ante las absurdas ensoñaciones del amo del Córdoba. Mi chico, que es un hijo de la gran, me ha puesto nada más acabar el partido, los gritos desesperados de un tal Tano Pasman, un hombre pacífico, poco antes del descenso de River. “.Nooooooogggg, nooooooog,...Estamos en la Béeee, estamos en la Béeeeeee” “La repu.... que parió a mi padre que me hizo hincha de Riverrr”. Búsquenlo en youtube y verán cómo puede llegar a estar mi ánimo por Navidad.