miércoles, 11 de mayo de 2016

Cantinflas

Obama diciendo a Trump que la Presidencia no es una broma


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

A los 66 años de la Declaración de Schuman, Europa es una nematología (nebulosa ideológica) socialdemócrata, y para celebrarlo, Daniel Cohn-Bendit, el cojo Manteca del 68, y el Isidoro de Sevilla, Felipe González, Gonzalón, una Sor Citroën del Dyanne-6 amarillo del pobre Ruiz Giménez, han suscrito una cantinflada en forma de manifiesto… para “democratizar Erasmus”.

Erasmo criticaba la guerra contra el turco y afirmaba que si los musulmanes conquistaban Europa no debíamos resistirnos, pues acaso nos lo teníamos merecido por nuestros muchos pecados –nos tiene dicho Íker Izquierdo, un amigo que imparte cultura española en Taiwán.

Dani el Rojo e Isidoro de Sevilla se agarran a una “boutade” de Obama para proclamar que la Unión Europea, donde no se conoce la representación política (salvo Francia y Reino Unido), es “la entidad más democrática que ha conocido la humanidad”.

Obama ha resultado ser, en efecto, el Septimio Severo que en 2008 anunció Mary Beard, bibliotecaria de clásicos en Cambridge. Con Severo afirmó Roma su decadencia y con Obama afirma América la suya, dando pie al eslogan electoral de Donald Trump, a quien el presidente descalifica por “showman” (teme que le arrebate el título de Peor Presidente de la Historia), que es como si Bush lo hubiera descalificado a él por dárselas de Eddie Murphy.

De "la vida como libre oblación"
El nuevo liderazgo mundial, según la última cantinflada de Gonzalón, que ya prometió en su día hacer de la Andalucía de Juan Lanzas una California del Sur, será cosa de la Unión Europea, si acierta a “democratizar Erasmus” y “utilizar tecnologías digitales”, conceptos que superan a “la vida como libre oblación” que en los 50 vendía Laín Entralgo en sus prólogos a los “Rencontres Internationales” de Ginebra.

Obama, que viene a Europa después de ronearse en el paladar de los hermanos Castro, ve en Alemania el cuartel donde Eisenhower y Elvis hicieron la mili, no la nación que alumbró políticamente a Dani el Rojo e Isidoro de Sevilla.