sábado, 2 de abril de 2016

Triángulos



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Olivia Wilde, que ya prometía como ayudanta de House, se ha desnudado para Scorsese en “Vinyl”, pero con un postizo “de época” que a ella le hizo sentirse menos desnuda y a nosotros nos llamó más la atención.

Scorsese es el Mourinho del cine. De hecho, vemos a Scorsese tan pendiente del pubis de Olivia Wilde como lo estuvo Mourinho del de Kaká.
“Mourinho, pendiente del pubis de Kaká”, fue una portada del “As”, que ya iba de editorial Taschen del fútbol-arte de oferta en el Vips.

Mourinho mima a Kaká y quiere estar permanentemente informado del pubis que tanta guerra le dio.
Pregunto a mi cronista de fútbol por el ideal púbico del estadio, y me dice que el frondoso “ma non troppo”, dibujado como la llama de un mechero Zippo, entre el rasurado socialdemócrata (David Vidal se negaba a cortarle el césped a Cruyff) y el postizo de Olivia Wilde, que parece el mechón pubiano que, incorporado a un broche de brillantes, enviaba a lord Byron la esposa de lord Melbourne.

Ahora vemos que la Santa Transición no ha sido sino un proceso de deforestación amazónica del monte de Venus, ese triángulo perfecto donde florecía la felpa de los poetas, que va del “haz de trigo rodeado de azucenas” salomónicas de Victoria Vera en el Reina Victoria del 74 (a reventar de un público que, como el autor de “¿Por qué corres, Ulises?”, ignoraba “esa ensortijada gracia oscura / cárcel de luz, recóndita angostura”) al césped afeitado de esta noche en el Clásico para la triangulación del tiquitaca culé en que el tacto pierde su vértice de visión, que era un visón.
De la triangulación torcuatista del guionista de la Santa Transición (“Adolfo quiere que la relación que ambos tenemos con el Rey sea un triángulo equilátero; yo creo que es isósceles, aunque en realidad es escaleno”) al pactismo tripartito (“tripartito y paritario”, en monserga de los comunistas setenteros en la Facultad) de Snchz, Rivera y Pablemos para sacar de La Moncloa al tío de la barba.