jueves, 14 de abril de 2016

El Barça, eliminado



Francisco Javier Gómez Izquierdo

      No hará ni siquiera un mes, para mí que hasta Semana Santa, el Barça parecía invencible, sus futbolistas felices, sus aficionados empachados de triunfos y goles y su entrenador más que satisfecho. En aquéllos días Zidane se las maravillaba para salvar al Real Madrid de una temporada triste con visos de calamitosa mientras el Atlético de Madrid iba partido a partido derrochando esfuerzos ante la falta de talento.

      Hoy el Barça es un equipo deprimido, agarrotado, lento, estático.. y condenado a perder con cualquier equipo de los notables y hasta con escuadras mínimamente esforzadas como la de la Real Sociedad.  Al equipo de Luis Enrique le ha venido ese aturullamiento que gangrena en muy mala hora y de momento ya le han amputado la Copa de Europa, el verdadero sueño de los aristocráticos clubes del continente.

     Con esa manía de vestirse como el equipo de pueblo que es el San Andrés creyendo que se viste con la bandera de una patria sin tener en cuenta que el fútbol tiene una liturgia y unos principios que no pueden ser pisoteados por los que consideramos mejores sacerdotes, el Barça se presentó en Madrid acomplejado y medroso, y el Atlético, que es el equipo más competitivo de Europa, aprovechó tan indigna comparecencia.  A Messi lo llevamos viendo ausente y como alunado en este último mes, y sin Messi este Barça está perdido. Iniesta no es Xavi. Neymar es un sucedáneo del argentino, al que le cuesta razonar ante el mínimo sobresalto, y a Suárez hay que marcarle con las  mismos trucos uruguayos que suele utilizar. Glorioso el trabajo de Godín. Simeone, entrenador y estratega, merece el reconocimiento del mundo del fútbol, porque llevar un equipo es lo que él hace. Sacar un rendimiento extraordinario de una plantilla bastante limitada. “..pues ponemos a Lucas de central”, está al alcance de muy pocos elegidos, porque para ganar con los tridentes del Barça o el Madrid al Getafe no hace falta entrenador. Merece el Atlético una Copa de Europa y ojalá la afición colchonera pueda verla este verano en sus vitrinas.

     No entiendo el jolgorio y celebración del pase a semifinales del Real Madrid como si fuera una gesta heroica, pues eliminar al Wolfsburgo se me antoja más que una obligación, un trámite. Muy bien Cristiano, echándose el equipo a las costillas, y preocupante la participación de Kroos, al que tengo por elemento clave de un conjunto al que no veo cuajado. En fin, las mismas sensaciones hubo cuando lo de Mijatovic y la Juventus.
     
El Bayern, como el Madrid, hizo lo que debía. Eliminar a un Benfica que le puso más dificultades de las previstas, con lo que Guardiola podría enfrentarse al City, su nuevo equipo, en un conflicto soterrado de intereses del que podría salir escaldado. De los tres -Bayern, Barça y Madrid- quedan dos y mi deseo es que los dos se crucen en semifinales y que el Cholo se las vea con Pellegrini en un duelo de banquillos en el que no hay color.