domingo, 7 de junio de 2015

La final

 Cerebros en cartel de la Universidad de Berlín
Marzo 2015

La paz del soldado. Berlín. 2015

Schiller, el Messi de las letras alemanas. Berlín. 2015

          
Francisco Javier Gómez Izquierdo

       Decía el Chapi Ferrer en la Uno que a Messi lo sujetaban Evrá y Pogba y las crónicas de los periódicos nos cuentan que el 10 no tuvo su mejor día... y es que los comentaristas creen que una final de Copa de Europa es como jugar contra el Rayo Vallecano. El mejor partido de fútbol del año es la final de la Champions y semejante acontecimiento requiere ciertas reflexiones pre-partido que eviten las desaplicaciones que cantaran los técnicos de la Argentina.

     La posición de Messi en el campo era intimidatoria, dándole lo mismo hacer de Messi que de Xavi, ahora que el sensacional futbolista firma su jubilación. Clonado en Xavi vio la portillera del prado en la pared de la izquierda y allá que mandó un cheque avalado por su firma para que entre Neymar, Iniesta y Rakitic lo rubricaran con un gol con tantos alardes técnicos como poéticas sensaciones.

      Amenazaba sinfonía y humillación de víctimas propiciatorias como si Bonucci y Barzagli se parecieran a Zé Castro y Morcillo... pero una final contra un equipo italiano nunca ha dejado de ser incierta, si exceptuamos la última Eurocopa.
       
Marchisio, el más completo de los centrocampistas de la Juve, se echó el equipo a las costillas y bregó como un jabato, sin encontrar la solidaridad que se supone a Tévez, asustón y descoordinado, y Vidal, un futbolista que se pasa el día en el peluquero para demostrar fiereza sin tener en cuenta que tal adicción genera más matonismo que valentía.  En los encuentros importantes a Vidal le falta inteligencia y le sobra un salvajismo improcedente. De Pirlo, mejor no digo nada, que luego me reprocha el personal que le tengo manía, como a David Luiz.  A mí particularmente Pogba me impresiona menos que Marchisio y por mucho que se empeñe el Chapi no tapó a Messi como tapara a Zidane Óscar Pérez, el mejor secante del francés, jugando con un Éibar de 2ªB.
 
Con Marchisio, del que dice mi doña que además es más guapo que Pirlo, Morata. Sólo en la delantera, amargó la noche a Mascherano y como el delantero centro que es, marcó el 1-1, un resultado que agitó los corazones culés temerosos de antiguas tragedias... pero con el Barça juega Messi, el mayor salvoconducto para alcanzar el éxito y en heridor arrebato violó la táctica posicional para buscar un gol que encontró Luis Suárez, el delantero centro que puede certificar que Bonucci no es Zé Castro. Los buenos minutos de la Juventus no tuvieron recompensa y a partir del 2-1 se impuso la poderosa razón del favorito al que ya capitaneaba el futbolista mas inteligente que ha dado el fútbol.

     El entrenador Luis Enrique brincaba como chiquillo con una satisfacción que para él queda, después de una año en el que por enero sobraba por déspota y novato. A Luis  Enrique no le cantan ni le cantarán como a Guardiola, pero de fútbol sabe mucho y además ensaya el contraataque, las faltas y los saques de esquina. Eso sí, tiene a Messi y se ha dado cuenta como Guardiola, de que a este fenómeno lo mejor es dejarle que haga lo que le dé la gana.
      
Que la próxima temporada Messi quiere hacer de Xavi... pues nada, no hay más que hablar.

      ¡Enhorabuena al Barça!