miércoles, 11 de febrero de 2015

Los muertos y las muertas. José Hierro


JOSÉ HIERRO
1922-2002

José Hierro siempre aspiró a que sus palabras, las que llevó al papel, continuasen llorando –de pena, de felicidad, de desesperanza; al fin, todo es lo mismo–, porque él las había llorado antes; antes que desembocasen en el papel blanquísimo, en el papel deshabitado, que es el morir. Epitafio: “Toqué la creación con mi frente. Sentí la creación en mi alma. Las olas me llamaron a lo hondo. Y luego se cerraron las aguas.” Ilusión: “Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría no podrá morir nunca.” Grito: “Grito ‘¡Todo!’ y el eco dice ‘¡Nada!’ / Grito ‘¡Nada!’, y el eco dice ‘¡Todo!’ / Ahora sé que la nada lo era todo, / y todo era ceniza de la nada.” Conclusión: “Qué más da que la nada fuera nada (...) después de tanto todo para nada.”

IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)