martes, 21 de octubre de 2014

Los muertos y las muertas. Félix Rodríguez de la Fuente


FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE
1928-1980

Félix Rodríguez de la Fuente, el amigo de los lobos, murió en accidente aéreo cuando seguía en Alaska la carrera de las mil millas para trineos tirados por perros. “Unos esquimales nos ayudaron y en sus trineos llevamos los cuerpos hasta un viejo poblado”, declararon los supervivientes. Antes de partir, había dicho: “Para mí, la vida es una continua búsqueda de la esencialidad del hombre a través de su hábitat, en comunión con la Naturaleza.” Rubén nos había hablado del hermano lobo; Rodríguez de la Fuente lo incorporó al hogar familiar. “Si el ser humano estuviese provisto de rabo –decía– podríamos conocernos mejor y saber la disposición anímica de nuestros semejantes, según su posición: si lacio, tranquilidad; si erecto, agresividad.” Cuando su viuda supo de su muerte, exclamó: “¡Por Dios, no me den el pésame; para mí sigue siendo inmortal.”

IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)