jueves, 4 de septiembre de 2014

Marmotas




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Podemos no es un negocio montado por políticos, sino por tertulianos, cuyo discurso se basa en la repetición, como el de “Groundhog day”, donde a Bill Murray se le repetían los días de marmota de Punxsutawney como a nosotros las frases de camiseta de Monedero, sólo que la recompensa de Murray era Andie MacDowell, y la nuestra, Pablo Iglesias.
    
El Punxsutawney de Podemos es La Cuatro, con un presentador mañanero que hace de marmota (¡ah, esa sonrisa franca de dentambre blanca!) y un Monedero que hace de Ned Ryerson, antiguo compañero de instituto, y ahora, tenaz agente de seguros que insiste en vendernos una póliza de Podemos, mercancía tan averiada que lleva oculto el nombre: comunismo latinoché.

    –“Palabras enforradas”, era la expresión, tan perversa como bella del siglo XVI –escribe Ferlosio en su repaso a “Mendigos, tenderos, políticos” para explicar la diferencia entre “mentalizar” y “persuadir”.
    
Lo de Podemos en su Punxsutawney televisivo es “mentalizar”: maniobrar sobre una mente para predisponerla a una opción determinada… sin que esta opción (subraya Ferlosio) le sea revelada como término de la intención concreta.

    Estamos en una sociedad que va en pantalones cortos, que es la manera más indefensa de andarse por la calle. Una sociedad concienzudamente “analfabetizada” cuyo espíritu universitario más elevado es… Monedero (Ned Ryerson en “Groundhog day”), a quien Alfonso Guerra, que iba de Bill Murray sin saberlo, dejó por bobo (bobo a secas, sin el taparrabos zapateril de la solemnidad) en TV.
    
¡Yo he venido aquí a hablar de mi artículo! –insistía Guerra, que en medio de aquel melonar parecía un Tom Paine.
    
Nada: Monedero, el ex asesor de Llamazares, a sus “boberías” (de todos conocidas por… Llamazares).
    
Este Monedero es el “señó” Jeromo ("un niño de ochenta años"), pero sin gracia.
    
Señó Jeromo, cuéntenos el cuento del Arca de Noé

    –Pues, señó, esto fue cuando el Diluvio Universal. Los hombres habían sido muy malísimos