jueves, 31 de julio de 2014

La huelgona (madrileña) de basuras. En cosa ajena no pongamos nido (Ignacio de Loyola)

 Madrid-Muladar
Calle de Francisco Navacerrada
05:00 PM

Madrid-Muladar
Calle de Campanar
05:00 PM

Contertulia

 Rosa Belmonte
 Abc

La culpa es de María Teresa Campos. A ella se le ocurrieron las tertulias políticas en televisión y se llevó a María Antonia Iglesias a «Día a día», justo después de dejar ésta la dirección de los Servicios Informativos de TVE. Empezaba entonces, en 1996, su carrera como habladora y «tocaballs» de platós. Llegó a su máximo con «La noria» y «El gran debate». María Antonia Iglesias se convirtió en la Belén Esteban de estos programas. Lo digo porque cuando se iba, por motivos de salud, volvía con una gran entrevista deluxe que le hacía Jordi González. En 2009, le dio un infarto al terminar una «noria» (siempre pensamos que al que le iba a dar era a Enric Sopena, que hablaba ahogándose, como el amigo negro de «Malcolm in the Middle»). 
 
Lo de Iglesias eran numerazos. Sacó de quicio a Peñafiel situándolo en la extrema derecha y preguntándole si le iba a pegar cuando él se incorporó (no sé qué habrá sido peor para Peñafiel, si tener enfrente a Iglesias o a la Esteban). Otro día llamó de todo (se lo llamaron mutuamente) a Miguel Ángel Rodríguez. También se ofendió mucho cuando Pedro Ruiz le rebotó su propia frase («¿Usted es puta o no es puta?»). Como si fuera una acusación posible. También memorable cuando se la echaron a Montse Suárez en el debate de Bankia. Sabía dónde apretar para que el contrario saltara por los aires. Un 70% de opinión, un 10% de ocurrencias y un 20% de espectáculo.
 De pequeña, fantaseaba con una película bélica donde lucharan nazis contra japoneses. De mayor me he quedado con las ganas de una lucha entre María Antonia Iglesias y Pablo ídem.

El andamio





Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Luis Enrique es un asturiano (“¿hace un culín?”) que entrena al Barça subido a un andamio.
    
El andamio de Luis Enrique es una forma de andarse con vista de pájaro por la Cataluña del tres por ciento y supone la españolización de un club que es más que un club como el andamio es más que el andamio: es la vertebración popular de España (la que no vio Ortega).
    
Toda nuestra tradición erótica baja del andamio en forma de piropos picantes y chistes obscenos: es el homenaje férvido del macho ibérico a la belleza de la hembra. Y a veces, entre los piropos, caen galápagos.

    Neville cuenta que una noche que salían de Pombo él, Gómez de la Serna y Gutiérrez Solana, éste, al llegar a unos andamios, se salió al medio de la calle. “¿Es usted supersticioso, don José?”, preguntó Ramón.
    
No, es que de los andamios caen galápagos.
    
A Solana, en efecto, le cayó una vez encima un galápago desprendido de un andamio, y ya no hubo forma de quitarle de la cabeza que de los andamios caen galápagos y goterones de yeso.

    ¿Quién pasaría hoy por debajo del andamio de Luis Enrique?

    Quizás la idea de Luis Enrique al subirse al andamio sea dar una imagen de equipo en construcción: él viene de Roma (Vigo fue una escala técnica), cuna de Augusto, que hizo de la ciudad un panal, y del fascismo, cuya política de obras públicas (un Plan E de Zapatero para estimular el empleo) llevó a los psicólogos sociales a estudiar el poderoso efecto emocional que generan los andamios. Que se lo digan a María Soraya, que en su primera rueda de prensa apareció entre Guindos y Montoro sacándoles una cabeza, cosa que Hollywood ya había hecho con Bogart, que medía lo que Pablo Iglesias, y que besaba a Lauren Bacall subido a un cajón de gaseosas.
    
Arte único. Entren y vean. La tumba de Cervantes –anuncia un cartón en un andamio de la calle Huertas.

    Me encanta que en pleno boom de la deconstrucción (de la literatura… y de España), un asturiano dirija al Barça desde un andamio.

La huelgona (madrileña) de basuras. Contemplativos en la acción (Ignacio de Loyola)

 Madrid-Muladar
Calle de Lagasca
Esta mañana
 
 Madrid-Muladar
Calle de Claudio Coello
Esta mañana
 
 Madrid-Muladar
Calle de Jorge Juan
Esta mañana
 
 Madrid-Muladar
Calle de Lagasca
Esta mañana
 
Madrid-Muladar
Calle de Goya
Del coro al caño
Esta mañana

El chinchón


Éste era el nivel político de aquel tiempo ominoso


Hughes
Abc

Vi el documental sobre la vida de Carmen Díez de Rivera por trabajo, pero también por enterarme de cuál fue su papel en la Transición. A medida que se muere ese régimen van surgiendo mitos. La Transición es un poco como Woodstock. Y hay tantos “actores fundamentales” que uno pierde la cuenta.

Carmen Díez de Rivera era musa umbraliana, es decir, lejanísima ya, de un tiempo que por lo menos tenía musas. Ahora ya no hay. En este momento de cambio se echa de menos el elemento femenino muso. El PSOE pone al guapo, ¡pero la historia no la hacen los guapos! Yo estoy dispuesto a admitir a Amaia Montero tal y como la ha sacado el Cuore. Pero es que nada serio se puede hacer sin musas. Es necesario el elemento histórico-lúbrico.

Pero el documental pasó por lo importante de puntillas. Se centró más en el drama amoroso-familiar y en el diario de la protagonista, dramatizado como en una radionovela. De la política no hubo gran cosa. Lo de Suárez: “No quiero ni un papel en la mesa” y sobre todo eso que le dijo a Carrillo y que fue quizás el momento de mayor relevancia del personaje: “A ver cuándo nos tomamos un chinchón”. Esa frase llevaba dentro un caudal de cursilería tan potente que yo me estremecí. ¿Pero cómo se va a tomar un chinchón con ese señor calvo una señora con semejantes ojos? Las cosas no funcionan así, pero ahí estaba toda la urgente y frenética voluntad de concordia. Una concordia casi diría que brutal.

Era una frase inevitable por cuestión de cuna, reveladora de la cursilería eterna de la derecha española. Además, ¿por qué un chinchón precisamente? Ese chinchón era la reducción de la cuestión a algo alarmantemente hispánico. Una apelación popular, falsamente popular, fingidamente popular. Como si por decir “chinchón” fuera a aparecer un coro de verbena. La democracia.

A mí me sonó a cosa dicha por Suàrez. Esa seria dificultad, repito, tan cursilona, del que se dirigía por primera vez al pueblo, queriendo usar su lenguaje. Le dijo lo del chinchón, pero le pudo decir perfectamente “vamos a tomarnos unas mollejas”.

Yo no sé si ese fue el papel clave de D. Carmen, no se nos explicó otro, pero la Transición me parece un régimen con muchos episodios opacos, inexplicados, interbambalínicos, un régimen de mucha trastienda. Como dice un amigo: Todo metido debajo del felpudo… ¡de la Cantudo!

Otra musa.

El programa siguió por derroteros de gran cursilería. “El mar era su confidente”, como las del Instagram. Un exceso de cosas poco importantes. “Decía: Me molesta ese pino. O lo quitas o lo mato. ¡Qué contestataria era!”. Hombre, si lo hace otro le llaman pinicida. Me encantó cuando salió Catalina Garrigues con su marido lord. ¡Qué modelo perfecto de anciano! “Yo quiero ser ese viejo”, exclamé con brutalidad. Durante un rato aparecieron muchas mujeres. Rosa Conde, sus amigas, Montero… Estaba bien, porque parecía un involuntario estudio generacional de la mujer española. Pero luego surgió, por desgracia, sombrío, pesadísimo, el inevitable varón. Guerra, Cebrián, el biógrafo de Serrano Súñer, que al conocer su muerte parece que sólo acertó a decir: “Pobre señora”. Pero el programa sí consiguió transmitir algo al espectador. Por la emoción con la que lloraban sus amigos al recordarla pensamos que fácilmente pudo ser una mujer a la altura de su misterio.

Escaparatismo. Loewe

 Calle de Serrrano


Jueves, 31 de julio


miércoles, 30 de julio de 2014

No a los miuras por TV

 
José Ramón Márquez
 
La televisión… «la televisiun», que decía el difunto Enzo Jannacci en su impagable recitado, y los toros, que de esos no dijo nada el milanés, y mejor que no lo dijera porque con el rollo progreta que se marcaba, seguro que los habría puesto a caldo.

La TV y los toros andan ahora en el tuiter a costa de la corrida de Miura en Málaga. La buena noticia es la de los Miura en Málaga, la menos buena es la de que los seis se los va a despachar en solitario Antonio Ferrera, con lo que eso significa. Bueno, pelillos a la mar, que en esto de los toros cada tarde está todo por escribir y a lo mejor el 19 de agosto es el día que los hados han señalado para algo. Como decíamos, hay muchos que quieren que les echen la corrida por la TV, y se creen que viendo esas imágenes absurdas están viendo una corrida de toros, cuando lo que están viendo es un show televisivo que apenas tiene nada que ver con una corrida de toros, un show con un bicho que anda por allí y un tío que hace así o asá, pero que de eso a la Fiesta de los toros hay el mismo abismo que media en la cosa sexual entre echar la tarde con una señora como Dios manda y echarla con una muñeca hinchable, life size del inolvidable Berlanga.

Insistamos en que los toros son un espectáculo total que empieza en la ilusión de comprar un boleto y termina en la desilusión de lo mal que salió la cosa o en el poco frecuente enardecimiento que sigue a la faena excepcional, al toro de bandera o a la tarde redonda. Y luego, la opinión. No se olvide que a los toros a lo que se va, principalmente, es a dar la opinión, unos en voz baja y otros a gritos, que la verdadera bestia no es la que sale por la puerta de chiqueros, sino la que se sienta en el tendido. En cambio, en la soporífera televisión sólo hay una opinión: la del malhadado Doctor Zaius, de pelo teñido, o la de sus "monitos", un pésimo torero que se llamó Manuel Caballero en los carteles y un empresario de los gasóleos que se llama Manuel Caballero en la vida civil, o una promesa de Triana que como aún no ha realizado faena alguna en Las Ventas, desde Las Ventas se dedica a tundir con sus comentarios expertos al que tenga la paciencia de sufrirle. Por ahí anduvo, como una sombra, el gran Antoñete, viejo zorro que no emitía opiniones -¡qué bueno habría sido poder oír sus opiniones, las de verdad!-, sino carraspeos y toses, aunque al muñidor de Zaius le daba lo mismo, porque él lo que quería era tener al viejo sentado allí a su lado para que pareciese que avalaba sus desinteresados asertos, fílias y fobias.

Espero que no retransmitan la corrida de Málaga, que además tengo la sensación de que la TV trae gafe y mal fario a las corridas, y que el que quiera ver a los Miura o a Ferrera o la conjunción de ambos factores se baje al sur, se compre un boleto y disfrute de los toros como se disfruta de los toros o se espere a que los que estén en la Plaza se lo cuenten. Yo mismo me perdí el Cuadri de Valencia del otro día y no tengo que irme a buscar un vídeo de esos para hacerme la ilusión de que lo he visto. Me basta la opinión de los que me fío para calibrar al toro y al torero: lo otro, lo audiovisual, es confusión e interés.

Para lo que está bien la TV es para ver el encierro de Pamplona.

La huelgona (madrileña) de basuras

Calle de Villanueva
11:00 AM

Calle de Lagasca
01:30 PM

Tatuajes


Max Jacob

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Aún me dura la impresión causada aquí, el sábado, por “El numerito” de David Gistau.

    –Estoy harto de que vengan enseñándome el numerito tatuado en el brazo –oyó Gistau decir a un personaje de copete hablando del Holocausto en una cena bien.

    El personaje de copete veía el tatuaje alemán a los judíos del gas con la frivolidad que Camba podía ver el de aquel apache francés a quien el verdugo le encontró en la nuca una hilera de puntos que decía: “Prière de couper par la ligne de points”.

    Esta degeneración de la frivolidad tiene un origen cierto: la mentira consensuada, sobre la base de lo que Hans Vaihinger (en filosofía, como en fútbol, no hay quien tosa a los alemanes) estudió en su “Philosophie des Als Ob”, o filosofía del “como si”. (La palabra más exaltadora de que disponemos, diría Breton, es “como”, se pronuncie o se calle: por ella da su medida la imaginación humana).
    
La mentira consensuada es que lo de las cámaras fue cosa de cuatro lobos nazis, con quienes por el pacto Hitler-Stalin aullaron los comunistas (a De Gaulle, que estaba en Londres, la caña le venía, “por traidor”, de “L’Humanité”), hasta que los lobos se giraron para devorarlos también a ellos. Mas por Hannah Arendt sabemos que, ciñéndonos sólo al campo intelectual, nazis fueron en Alemania todos, y en Francia, también, aunque en España hay un académico que con la superioridad moral que le da ir en bicicleta a comprar el pan al “Mallorca” de Serrano sostiene que, en París, colaboracionista (?) sólo hubo uno, que era Ruano, cuyos libros quiere enviar a la hoguera con el patetismo de Salieri (un Salieri con barba del Arropiero) retorcido ante Mozart.
    
¿Y por qué no quemar el “Guernica”? Cuando la Gestapo prendió a Max Jacob (el mejor amigo de Picasso), Cocteau dirigió una carta a los alemanes que firmaron todos… menos Picasso:
    
No vale la pena hacer nada. Max es un ángel. No necesita nuestra ayuda para echar a volar y fugarse de la prisión.

Fantasías Atapuerca. Ya tenemos niño

Obra de la paleoartista Elizabeth Daynès, este niño "con aire melancólico" ha costado 30.000 euros y, a diferencia de los demás, se ha realizado sin vello corporal "para poder ver los aspectos anatómicos fundamentales de la especie". ¡Que el bosque nos deje ver el árbol!

Miércoles, 30 de julio

Oreja cogolludense

martes, 29 de julio de 2014

La venganza póstuma de Tarradellas


El Vita


Ja soc aqui
 
José García Domínguez

Algo inaudito en el muy hermético mundo de la omertà catalana, la historia de la gran estafa que dio origen a la fortuna del fundador de Banca Catalana y patriarca del clan de los Pujol, Florencio Pujol, el padre de Jordi Pujol i Soley, fue narrada en su día con todo lujo de detalles escabrosos por Manuel Ortínez, quien fuera consejero y hombre de la máxima confianza personal y política de Josep Tarradellas a su regreso del exilio francés. Así, gracias al entorno más íntimo de Tarradellas, acusarían recibo los anales del rocambolesco tocomocho maquinado en Tánger por Pujol padre con la complicidad de Josep Andreu i Abelló, el antiguo dirigente de la Esquerra que había creado de la nada el Banco Inmobiliario y Mercantil de Marruecos. Una súbita prosperidad económica, la de Andreu i Abelló, que acaso no fuera ajena, tal como ha conjeturado el viejo sindicalista de UGT Antón Saavedra, al saqueo del patrimonio del Estado español en el célebre pillaje del Vita, aquel yate que partió hacia México repleto de lingotes de oro y joyas tras el fin de la guerra (Andreu i Abelló, que años después sería nombrado consejero de Banca Catalana por Pujol hijo, formó parte junto con Indalecio Prieto del grupo que hurtó el cargamento de la nave a su llegada a América). Lo de Tarradellas tenía todo el aspecto de ser una venganza. Y lo era.

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La mejor terraza del mundo


Espía como puedas




Beatriz Manjón
Abc

El otro día se personó en mi casa el cuerpo, que para desgracia de mi pariente no era Elle Macpherson, sino una pareja de agentes de la unidad de delitos tecnológicos. Inmediatamente, recordé aquella tediosa tarde en la que estuve tentada de piratear una peli de Mario Casas. Ya dijo Ruano que la hora del aburrimiento es la hora de los grandes, estúpidos e irremediables peligros.

Hablé con la policía intentando no contradecirme, a ver cómo explica una que se contradice porque contiene multitudes, como Whitman. «No, no, es mucho más grave», y miré a mi marido como Yocasta suplicando a Edipo que no siguiera investigando. A falta de la Sophia Burset de «Orange is the new Black», me imaginé aplicándome yo misma el tinte en la trena, sintiéndome un poco Tita Thyssen. Me inventaría otra identidad, como el estafador Bertone creó al honorable general de la Rovere, e intentaría animar al personal como Bridget Jones, pero con sujetadores de menor envergadura.Por fin concretaron el delito: desde nuestra dirección IP se habían crackeado cuentas bancarias, ninguna de los Pujol, que sepamos.

«Crackea, crackea» es el grito de guerra del chiquilicuatre, algo relativamente sencillo si nuestra contraseña es la que aparece en el módem. Fisgamos y nos acechan. Birlamos información y nos la roban. Distinto sería si este artículo lo estuviera aporreando desde una máquina de escribir, como una Jessica Fletcher con escote, pues más de un crimen he escrito.

No extraña que los espías las estén desempolvando. Dejémonos de tanto selfie inguinal y posemos desnudos tras ellas, como Umbral, ante la mirada sólo de quien elijamos, tecleando sin consultar en Google, tal vez sin nada que decir, que es cuando mejor se escribe decía el autor de «Mortal y Rosa», y sin más temor que al folio en blanco.

A lo negro




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Lo peor para este calor es la propaganda mediática del regeneracionismo partidocrático.

    Primero, Rajoy, que propone que sea alcalde no sé si quien lleve boina o sombrero.

    Después, Iglesias, que propone (de boquilla) una democracia ateniense, es decir, directa, con los abuelos subiendo a gatas al montecillo (se me ocurren El Pardo y La Cabrera) de la “Boulé”, que no es un club de alterne, sino la Asamblea.
    
Más tarde, Pujol, que promete refundar el chiringuito convergente con cuatro hisopazos de Sistach.
    
Y ahora, Sánchez, o Pedro de la Preveyéndola, tan guapo que, sólo con su amor, da por hecha la regeneración de la rosa socialdemócrata, marchita como la de “La Bella y la Bestia”. ¿Cómo? “¡Preveyéndola!”.

    –Nace una ilusión, tiemblan de emoción / Bella y Bestia son
    
Pero ninguno va a lo negro.

    ¡Ir a lo negro!

    –¡A lo negro, maestro, a lo negro! –gritaba el peón a su matador, que tenía más miedo que un garduño y no se atrevía a sacar al toro del caballo; para disimular, en vez de tirar capotazos a lo negro (el toro), los tiraba a la grupa del penco.

    Si las figuras de nuestra política (con su corte de peones y revistosos) quieren regenerar el negocio, que vayan a lo negro, es decir, al sistema electoral, como De Gaulle en el 58, y cambien el sistema proporcional (antidemocrático y disgregador) por el sistema mayoritario, que es el único representativo. Todo lo demás son capotazos a la grupa del penco para engañar al público haciéndole ver que intentan sacar al toro del peto.

    –¿Y el rupturismo de Podemos?

    En el marxismo “científico”, el horizonte de la izquierda era la desaparición del Estado, pero Pablemos es marxismo “hispánico”, es decir, acientífico, y tan rupturista como la Alianza Popular de Fraga, a quien le cabía el Estado en la cabeza.

    Iglesias es jefe de otro partido estatal y representa, no a sus votantes, que no lo saben, sino al Estado, que es el que le paga.

    Y los revistosos pidiendo el voto obligatorio.

Instrucciones para ser un héroe

La Policía compra 1.400 juegos de espinilleras para los antidisturbios

Los ataques a los agentes durante las ‘Marchas de la Dignidad’ aceleran la adquisición de elementos de protección. Han sido suministrados por Total Control Handcuffs.

La huelgona (madrileña) de basuras

Calle del Caballero de Gracia
06:00 PM

Martes, 29 de julio

Amanece, que no es poco

lunes, 28 de julio de 2014

La guerra de la J



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    James viene de Cúcuta, que significa casa de los duendes, y nos trae a Madrid la “j” (¡el machete de la “j”!) de su selva colombiana.

    ¿James o Yeins? ¿Yeins o Yames? ¿Yames o Hames? ¿Hames o Xames? ¿Jiménez o Ximénez de Quesada?
    
Acostumbrado a decirle Yesé a Jesé, el piperío del Bernabéu ya tiene guerra (“jerra”, diría Juan Ramón) para este año, si con el tabarrón de Casillas no les llena.

    La “j” es anzuelo para el japonés que está pez.

    La “j” es gancho para extraer el bígaro del pipero de pipas a la sal (¡la sal de la tierra!).

    –Pues el Arsenal quiere tirar la casa por la ventana por Íker.
    
Natural. Como que es el mejor portero del mundo.
    
A Foxá le explicaron en Colombia que donde hay sal no hay antropofagia, pues los hombres se devoran por la falta de sal, razón por la cual la socialdemocracia europea reparte pipas a la sal entre sus hijos, que, agradecidos, guardan las cáscaras en la mano izquierda en vez de escupirlas.

    Que el pipero de atrás deje de escupirme cáscaras en el cogote y la guerra de la “j” que se avecina hace que uno tenga más ganas de volver al Bernabéu, donde para tratar lo de la “j” hará falta la comparcencia del académico Marías, madridista de Pep Guardiola, que, bien mirado, tampoco es una inconsecuencia (otro “anacoluto”, en el caso de Marías), si se tiene en cuenta la extraordinaria contribución de Guardiola a la conquista de la Décima.

Yo, con James, pienso incurrir en chifladura de jotafilia (sólo Alemania y Holanda son tan joteros como España), la chifladura juanramoniana de la “j”, consonante uvular, la más enérgica y fiera de nuestro sistema fonético, al decir de Gerardo Diego (a partir de ahora, Jerardo Diego), aunque don Eugenio d’Ors la comparaba con el color violeta (¡los “vagos ánjeles malvas” de JR!), “que es cursi con esa especial cursilería gratuita y epicena, que tiene la jota desde los tiempos de un poeta”.

    En la determinación futbolística de James, que de niño fue tartaja, como Demóstenes, se ve que la “j” (¿las piernas de Rivaldo no eran dos jotas?) ha obrado en el juego del mejor futbolista colombiano el mismo efecto benéfico que el guijarro (ensayar los discursos con un guijarro en la boca, para forzar a la lengua a moldear las palabras) en la prosodia del mejor orador ateniense.
    
En la literatura (y James, aún más que fútbol, es literatura), el escritor “J” de la Biblia fue el único rival de Homero, como este James cucuteño lo es ya del homérico Cristiano.

    James, no lo olvidemos, viene del país de los milagros que conocemos por Alberto Salcedo Ramos, donde una tienda bogotana de licores se llama “La cirrosis”, y una pollería cartagenera, “Videopollos el Charlie, lo máximo en películas y en pechugas”. El país de Gómez Dávila, el humanista; el Chato Velásquez, el árbitro que expulsó a Pelé y se retiró con cinco jugadores noqueados; o Réné Higuita, portero del escorpión, en cuya cuna “estar enamorado” de una persona no significaba amarla, sino pretender acribillarla: al sicario se le llamaba “dedicaliente”, y al estafador, “calidoso” (allí, quien caía balaceado no moría, sino que empezaba a “cargar tierra con el pecho”).

    –Lo que nos divide en el Caribe, según el poeta dominicano Pedro Mir, es la lengua. Lo que nos une, según la escritora puertorriqueña Magali García Ramis, es la manteca.


Juan Ramón Jiménez

HISTORIA DE UN NOMBRE
    En Colombia, dice Salcedo Ramos, sólo hay que pedirle el registro civil al prójimo para saber si es de los que nacieron con estrella o estrellados: “En Colombia, no nos engañemos, el nombre jamás es lo de menos. Si naces en una familia de abolengo eres bautizado con un nombre castizo como Juan Manuel, y luego ya puedes ser presidente como Thomas Jefferson. Al que carece de linaje le toca llamarse Jefferson Duque, y luego jugar fútbol como los dioses para que lo tengan en cuenta. Y por eso los excluidos ponen nombres como John Fitzgerald Pataquiva. Ellos saben que sus hijos no van a mandar ni en Somondoco, pero en nuestro país injusto la única opción que les queda para parecer notables es la pila bautismal.”


Escorpión de Higuita

La huelgona (madrileña) de basuras

Avenida de los Toreros
10:30 AM
Sede Psoe Buenavista

Cocinero, cocinero

'Cucho'. Propietario y cocinero en El Fogón de Jesusón 
 y presidente de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Burgos.

Qué buen Caballero, si hobiera buen mentor

 José Ramón Márquez

Lo primero, hay que ser agradecido a todas esas personas que se fueron a Las Ventas a echar la tarde, especialmente a los extranjeros que con tanta  asiduidad sueltan los leuros en las taquillas, sin tener ni idea de qué tipo de espectáculo van a contemplar ni haberse preocupado lo más mínimo en saber cuáles son las más elementales reglas que rigen el desarrollo del mismo. Es impresionante ver a todos esos ciudadanos de los más diversos países y etnias haciendo fila ante las taquillas, donde  reciben las zalamerías de los reventas de a pie de obra y las caricias de algún que otro carterista que se aprovecha de la natural candidez de los foráneos para hacer que su visita a Las Ventas les resulte un recuerdo inolvidable.

Al llegar a la andanada surge la sorpresa de ver que la puerta está llena de gente, como en una corrida de postín de San Isidro, pero gente con muchísimo más estilo, pues a nadie se le ocurre subirse a la andanada con un cubata en cada mano, una bolsa de pipas de tamaño XXL o un bocata de los que se intentaba zampar el Carpanta de Escobar. Gente educada, estos extranjeros, que se llevan una botella de agua para evitar la deshidratación, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, que cuando salen los dos felipesegundos les dan la ovación de su vida y que acompañan al primero de los pasodobles, el del paseíllo, con las mismas palmas sosas y sin ritmo con que acompañan El Danubio Azul en el concierto de Año Nuevo en Viena. Luego, al final, en el sexto, la andanada está semivacía, acaso porque no les hayan gustado las admoniciones del aficionado J. dirigidas a los actuantes en orden a demandarles que sujeten las formas de su toreo al cánon clásico -¡ay!... parar, templar, mandar, cargar la suerte...- o acaso porque el espectáculo no les haya interesado lo más mínimo.

Bueno, pues hoy trajeron a La Monumental a los tres novilleros más destacados en las corridas de junio y julio, que resultaron ser Juan Miguel, Gonzalo Caballero y Miguel Ángel León. Para la cosa ganadera, por variar, se optó por un hierro de encaste juampedro, en este caso La Guadamilla, ganadería antaño santacolomeña que eliminó lo anterior, porque el amo es el amo y hace lo que le sale de los c... Sin entrar en mayores honduras digamos que los guadamillos cumplieron a la perfección lo que de ellos se esperaba y que, al menos, cuatro de los seis demostraron al selecto público congregado la manera en que un bicho puede obsequiar sus más pastueñas embestidas, sus más inocentes intenciones, su nulo deseo de agredir y su afán de favorecer el triunfo del tío que tenía enfrente. Ahí estuvieron los guadamillos, que, por cierto, unos parecían de su padre y otros de su madre en cuanto a tipo y zootecnia, sin dar una voz más alta que otra y tratando de echar una mano, que es lo que precisamente buscan todos estos eliminadores de lo anterior como el señor Torrego, digno propietario de la vacada, que se iría tan feliz a sus predios tras ver la educación con que se comportaron sus pupilos. ¡Con lo que hubiese dado el pobre Julián de San Blas por uno de estos en vez del aperreo que tuvo con los buendías de La Quinta!

Con uno de esos bonachones, Obcecado, número 47, hizo Gonzalo Caballero lo mejor de la tarde. Antes había entrado por gaoneras a hacer un quite al primero, con argumentos propios de Antonio Bienvenida, para sacarse la espina del formidable porrazo por gaoneras que recibió hace un par de semanas en esta misma arena. Luego, cuando le tocó enfrentarse al 47, planteó un inspirado inicio de faena, bastante desusado para lo que se ve por ahí, y dejó claro de nuevo ante la magra cátedra que es torero muy toreado, bastante por encima de las seis corridas que proclama el programa de mano, que tiene oficio y que está cuajado. Planteó toda su faena en un palmo de terreno y aprovechó las condiciones ovejunas del bicho para construir una faena de corte moderno, en el estilo de Perera, diríamos, en la que corrió la mano con autoridad y se olvidó de dar el paso adelante que hace grande al toreo. Faena de pases, más que de toreo, que fue culminada con una estocada contraria que hizo rodar al toro con prontitud. Es cierto que ese toro se les va a casi todos, como vemos cada tarde, y que Caballero supo aprovechar su bondad, pero es cierto también que con esos mimbres Caballero es sólo uno más. A Gonzalo Caballero le hemos visto con muchísimo menos oficio, estando más a merced de los bichos, pero con muchísima más verdad de la que ha traído a Las Ventas esta tarde. Por más que hoy haya hecho lo que todos y le haya salido bien, en el estilo que antes se señaló, eso no es lo que puede hacer de él un torero, sino simplemente otro y su falta de definición estilística no se sabe dónde le puede llevar cuando sea matador de toros, acaso a vérselas con los «rabiosos». Tiene ambiente en Madrid y en Sevilla, apenas torea por ahí... ¿por qué no desoye las monsergas con las que a buen seguro le están turrando el coco y decide dar el paso adelante para transformar sus templados pases de hoy en toreo del de siempre?

De los otros dos, lo mejor es no echar muchas cuentas, que no merece la pena andar fustigándoles a estas horas. A ver si tienen suerte.

De las cuadrillas diremos que todo lo mal que anduvo El Jaro con el capote estuvo de bien Antonio Chacón con los palos, que si no llega a tomar innecesariamente el olivo hasta le habríamos aplaudido. A caballo, Agustín Romero «Hijo» agarró un buen puyazo al segundo de Caballero.

Lunes, 28 de julio

Bulevar de Juan Bravo
Bonjour Tristesse

domingo, 27 de julio de 2014

Putin: vicios privados, virtudes públicas

Sólo para sus ojos

Decadencia

El Gatopardo

Emilia Landaluce
Abc
 
Hace unos años, un amigo alemán nos llevó a conocer el campo de concentración en el que había estado preso durante el Nazismo. «Pasábamos el reconocimiento médico y si no estabas bien...», y entonces se pasaba el índice por el pescuezo. Algún tiempo después, nos quiso enseñar Benediktinergymnasium Ettal, el colegio en donde había estudiado a principios del Siglo XX. ¡Qué bonito!, nos maravillábamos. Él, sin embargo, no quiso seguirnos y se quedó en la puerta. «Id vosotros que yo os espero fuera. Aún tengo escalofríos por lo mal que lo pasé aquí». Sí, tenía mejor recuerdo del campo de concentración que del colegio.

Sicilia huele a manzanilla y azufre. Ayer llegué a Palermo después de una semana confinada en Salina, una de las islas Eolias amén de nobilísimo principado de Don Fabrizio Corbera, «El Gatopardo» imaginado por Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Han sido estas unas vacaciones un tanto singulares. Desembarcamos sobre el volcán con el firme propósito de renunciar a las delicias sicilianas y retornar a Madrid delgados, morenos y abstemios. Y así fue. Durante estos días evitamos el vino de la región, la pasta con le «sarde» (sardinas), los proverbiales «canolli»... Nadábamos hasta el mediodía y por la tarde, trepábamos hasta la cima del Fossa delle Felci, uno de los dos volcanes extintos. Después de cenar, mirábamos refulgir la lava de Stromboli recreándonos en el gozo del sacrificio. Nuestra llegada a Palermo fue la excusa perfecta para acabar con esta disciplina. Quisimos asaltar el Palazzo Lanza Tomasi, donde Nicoletta, una duquesa casada con el heredero de Lampedusa, da clases de cocina a los extranjeros. Hermosa decadencia, pensamos. Y ante este abismo de la ruina, nos pusimos a pedir «negronis» y torta «sette veli». Hoy me arrepentiré. Bello oxímoron hablar del presente en futuro. Pero si hay quien tiene mejor recuerdo del campo de concentración que del colegio, es natural, que sin comer, beber, ni «contiguitos» ni amores haya quien prefiera trabajar a las vacaciones. Y mañana a comer rabo de toro a Salvador.

Familias

Familia Prizzi


Sagrada Familia

La Familia
Comunicat del Sr. Jordi Pujol i Soley
(No es una broma Azcona & Berlanga)

CLICK

Dicen en Convergència que lo de Jordi Pujol es un asunto de familia. Posiblemente no se den cuenta de lo que están diciendo.

Domingo, 27 de julio

Escultura de arena
Playa de la Victoria
Cádiz

sábado, 26 de julio de 2014

Las tres "ces"



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Dice la leyenda de la Santa Transición que el Estado autonómico fue cosa de las tres “ces” (cabeza, chiripa y cojones), y no es verdad.
    
El Estado autonómico fue una petición de la izquierda (que venía con hambre atrasada) para tener dónde colocar a la tropa, pues la oficialidad ya estaba colocada gracias a un sistema importado de Alemania (¡la mecánica alemana!), el Pesebre de Partidos, “puesto en valor”, como dicen los cursis, por el magistrado Leibholz.

    –¡Sea! –dijo Suárez, cuya misión presidencial era repartir café y simpatía, y el profesor Clavero, que estaba en la barra, resumió la teoría de Leibholz al modo andaluz: “¡Café para todos!”

    Ahora Pedro de la Preveyéndola (Sánchez para el mundo) dice que el autonomismo y el federalismo vienen a ser lo mismo, así que vámonos que nos vamos… al federalismo.
    
Pero ningún separatista catalán ha pedido, que se sepa, una federación: la que les gusta, que es la de Villar, ya la tienen, con Del Bosque apoyando el “dret a decidir” en lo que quita el colesterol a los españoles, esos señores políticamente bajitos que creen que la libertad es tener una bicicleta, que les permite saltarse el código de la circulación, o votar a Podemos, que les permite compaginar la nómina del Estado con la “democracia avanzada” (comunismo) de Pío Tamayo, el Pablo Iglesias venezolano.
    
¿Por qué a los pericos de Sánchez, que van de pájaros cantores de la igualdad, les tira el federalismo asimétrico?

    “Se coge un cerdo y se le castra”, empieza una receta de la Pardo Bazán. Se coge algo sublime y se le hace lo que Calixto Bieito con “La vida es sueño” de Calderón o lo que Eduardo Arroyo con el Cordero Místico de Van Eyck.

    –La deconstrucción –concluye Steiner, tras mucho estudiar los truños derridianos– es una rebelión edipiana, un asesinato del Padre.

    Y entre todos (liberalones que creen que democracia es consenso y fachillas  que creen que democracia es bolivarismo) vamos a deconstruir España. ¡Con tres “ces”!

Fantasías Atapuerca. Arsuaga da con una napia que pone cara al buen salvaje de Rousseau

‏Los investigadores que excavan en la Sima de los Huesos han recuperado restos del coxal derecho (hueso de la pelvis) perteneciente a un adolescente de unos 13 años que vivió hace 430.000 años, una vértebra de otro individuo adulto y un occipital y un diente de otro homínido de unos 50 años, así como varios huesos de la nariz, manos y pies. Todos estos restos permitirán conocer más  sobre el desarrollo de esta especie que vivió hace 430.000 años e, incluso, ponerla cara. «En la Sima de los Huesos tenemos representado todo el esqueleto y, además, la mitad de los individuos son adolescentes, lo que nos permitirá conocer más su desarrollo. Es muy complicado encontrar coxales en el registro fósil porque la pelvis es una región muy frágil. Precisamente, la más completa, ‘Elvis’, se encontró hace 20 años en Atapuerca», indicó Juan Luis Arsuaga. Los investigadores intentarán relacionar los huesos de la nariz (caballete o puente nasal) con algunos de los cráneos encontrados y saber cómo era su rostro, mientras que el occipital confirma que los homínidos de la Sima de los Huesos eran «muy robustos y arcaicos».

Mujeres que no saben nada

@pedropabloglez

Sabiduría popular...

El decibelio


Bulevar de Juan Bravo, hoy
El PP ha conseguido en la capital el silencio eterno de los espacios infinitos
 que tanto temía Pascal



Hughes
Abc

Las nuevas ordenanzas (nuevas disposiciones de la noche) del Ayuntamiento de Sevilla prohíben jugar al dominó en la calle. La verdad es que el fichazo definitivo en las mejores partidas de dominó adquiere una gran violencia. Parecida, aunque más, claro, que la del naipe que gana una partida, que a veces se lanza con todo el alma sobre la mesa. Eso, por el camino que vamos, también lo prohíben cualquier día. Pero es que no es sólo el mate de dominó, es el beberse la cerveza junto al velador, o al ventanuco del bar, que ahora será Zona Reservada al Camarero, zona azul o verde o como quieran. Mientras apresuradamente escribo estas líneas me imagino el artículo de mañana de Antonio Burgos… Pero es que también prohíben dar las horas a las campanas.

Las izquierda se carga el país, pero la derecha se carga capitales. Valencia, con lo del ZAS (zona acústicamente saturada) se fue haciendo un aburrimiento. Mérito, Xúquer, Cánovas… Todo se fue silenciando por el descanso del buen vecino. Y Madrid está imposible. El otro día iba con un amigo por la ciudad tratando de tomar un gin tonic después de cenar y era imposible. Los camareros, con las sillas en brazos, se encogían de hombros y lo dejaban claro:

-Las ordenanzas.

¿Serán capaces de aburrir también Sevilla? Eso ya sería el colmo.

Todo el mundo habla de cambiar la Constitución, pero quizás deberíamos empezar por algo más modesto. Por cambiar las ordenanzas.

El ordenancismo disparatado ha limitado la libertad de la calle y ha reglamentado todo. Nuestro ordenamiento empieza con el reglamentarismo europeo y acaba con el municipal, pero toda la culpa la tiene la Constitución.

Con la excusa del ruido nos restringen pequeñitas libertades, los detalles del costumbrismo que antes siemplemente regulaba la buena educación.

Yo me di cuenta de la importancia del ruido como coartada o como síntoma con unas absolutamente disparatadas palabras que, con motivo del Orgullo Gay, Carla Antonelli dirigió a la Alcaldesa Botella: “Usted habla de decibelios, pero se trata de homofobia y de transfobia”. Esta declaración absurda me iluminó la importancia del decibelio. El decibelio como unidad cívica. Y también alumbró una posibilidad maravillosa, la de un partido político que lo permitiese todo, pero muy bajito.

-¡Nunca hemos estado tan bajos de decibelios!

Porque claro, vamos hacia el ruido alemán, pero sin el sueldo alemán.

Esta pequeña libertad cotidiana, que no es la gran libertad de los manifiestos, la estamos perdiendo con los decibelios, con la excusa técnica del ruido. Ojalá un liberalismo pequeño para estas cosas. La desregulación de la calle española, sometida a un ordenancismo maniático, implacable, que lo va acallando todo, sometido a la nueva autoridad del decibelio.

Sábado, 26 de julio

Oreja china

viernes, 25 de julio de 2014

Boutades



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Emilia Landaluce, que es mi Parabere para la ciencia de la mundanidad, dice que lo pijo en Madrid es comer conejo (“leoporum generis sunt et quos Hispania cuniculos apellant”), pero luego vas a un restaurante, pides un conejo y te sirven una constitución federal-asimétrica. Es decir, gato por liebre.
    
Los federalistas, cuyo lema es “si se quema la casa, calentarnos a ella”, andan por los restaurantes de la capital con su constitución federal-asimétrica como testigos de Jehová con su “Atalaya”. La asimetría (lo “handicapé”, que diría Manolo Valls, el primer ministro francés que quiere refundar la izquierda europea sobre el legado ético de Felipe González) es su boutade, pues todas nuestras constituciones parten de una boutade: “españoles justos y benéficos”, “república de trabajadores”, “estado social y democrático de derecho”, y así.

    Leer “estado social y democrático de derecho”es quedarse un rato sin ver nada, como le pasaba a Ramón al pronunciar el nombre de Edelmira. Esa boutade se les ocurrió en Casa Manolo a un ingeniero agrónomo y a un director teatral, autores de la constitución de cuya redacción los españoles se enteraron por una primicia periodística.

    –¿Pero qué harán esos dos todos los días en Casa Manolo? ¿Tan buenas serán las croquetas?

Croqueta a croqueta, artículo a artículo, boutade a boutade, una constitución.

Idealmente, una constitución sólo es un reglamento, y en los países donde impera el “fair-play”, como es el caso de Inglaterra, ni siquiera hace falta.

    A España, y por todo lo contrario que a Inglaterra, tampoco conviene un reglamento (¡habría que cumplirlo!), y nuestras constituciones derivan a tratados de metafísica, con su absurda letanía de derechos: que si un piso con vistas, que si un curro majo, que si una vejez en Benidorm…

    Ah, y un referéndum por generación, con derecho a carta a los Reyes Magos. El deseo de la actual es seguir llevando una vida de derechas, pero como si fuera de izquierdas. Otro conejo.

¡Será por dinero!


Parquímetro que rompe Paul Newman
 en La leyenda del indomable, 1967

El mismo parquímetro en Maple Avenue, Downtown Los Ángeles, California
2014

Madrid, 2014
¡Será por dinero!

Fantasías Atapuerca. "Yo creo que la especie de Elefante es Homo erectus, no por nada"

*No sólo hay noticias durante la excavación, sino que a lo largo del año producimos ciencia. *Los científicos decimos que lo que no está publicado no existe. *La campaña nos sirve para encontrar huesos y herramientas desde 1,3 millones de años hasta época romana con las que luego hacemos publicaciones. *No hay equipo que publique más que nosotros, 400 artículos científicos supervisados. *Yo creo que la especie de Elefante es Homo erectus, no por nada, pero así tendríamos una especie más. *De nuestro proyecto científico no se va casi nadie. Hace mucho frío fuera del equipo de Atapuerca. *Por cierto, que nos han echado del comité científico del Cenieh (Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana).

Viernes, 25 de julio

Santiago y cierra España

jueves, 24 de julio de 2014

Autos


Las bicis para ministros que Ana Botella ha dispuesto en Serrano, donde Ferrari ha cerrado


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Eso de que, por ahorrar, el ministro de la gobernación se apropie del coche de un mafioso, ¿qué quieren que les diga? No deja de ser el chocolate del loro, siendo “loro” y “chocolate” voces blancas en la jerga criminal.

    Periodísticamente, arruina esa muletilla del cronista común que arranca: “El señor ministro llegó conduciendo su propio automóvil…”

    El ministro de la gobernación es el enemigo natural del mafioso, de cuyos bienes no se puede apropiar sin incurrir en esas supersticiones que sir James Frazer describió en “La rama dorada” de guerreros que devoran a sus enemigos para apropiarse sus poderes.

    Como MacArthur desacralizó al emperador del Japón paseando por el centro de Tokyo a lomos de su caballo blanco, que acabaría dando vueltas por la pista de un circo americano, así el ministro Fernández con los “hummer” de los Soprano.

    –¡También mi padre fue de “eso”!
    
Es la exclamación de que se valía (en busca de solidaridad sentimental) Currito el Sabio, vendedor de autos en Cádiz, mirando al botoncito del ojal del cliente, símbolo de alguna adhesión benéfica, social o religiosa.

    Pemán lo vio vender automóviles con su sombrero ancho y su varita de junco en la mano.

    –Anda, Manué, dale una vueltecita para que lo vea aquí el señó.
    
Y Manué, que era el chófer, le daba al automóvil, delante del cliente, una vueltecita de picadero (como la de MacArthur en Tokyo).

    (La abuela de Pemán guardaba recortada en su cajita de costura la definición que “Punch”, la revista de la burguesía inglesa, hizo del automóvil: “Un coche en que los animales, en lugar de ir fuera, van dentro.”)
    
No me gusta que el ministro vaya en un auto que no es suyo. Se empieza con un ministro paseando en el “hummer” de un mafioso y se termina con su esposa yendo a la compra en el “Fiesta” incautado a un mileurista que no puede pagar las multas de aparcamiento.

    Pero si es por ahorrar, ¿por qué no usan las bicis con redecilla salvafaldas de Ana Botella?

Los emigrados argentinos más exitosos

Los emigrados argentinos más exitosos no somos ninguno de los empresarios ni los arquitectos ni los jugadores de fútbol ni los odontólogos o psicólogos tan bien cotizados en otros países, sino que son curiosamente un grupo de hormigas argentinas de la especie Linepithema humile.

El misterioso caso de los parquímetros madrileños


 Paul Newman en
 1967

[El impulsivo Luke Jackson ha sido condenado a dos años de trabajos forzados.
 Su delito fue romper en plena borrachera un parquímetro...]



PREGUNTA

¿Por qué extraño misterio los Estados Unidos de América, primera potencia de la Tierra, chutan en 2014 con los mismos parquímetros que en 1967, si Madrid, capital del decimotercer país (y bajando) de la Tierra, necesita cada año recurrir a los más sofisticados aparatos del mercado?