domingo, 27 de octubre de 2013

Barcelona 2 - Real Madrid 1 (Liga, 10) Qué será, será


Después de una oscura noche del alma, Anchelotti parió la alineación. Mientras anunciaban a Ramos de mediocentro, se oyó el crujido de la fina capa de hielo que era el centro del campo Real, cediendo bajo el peso del miedo. Arriba, soltaban los caballos en espera de ser alcanzados por la pelota. Misión imposible: los pasadores estaban en casa o enterrados en el jardín. Todos los balones volvían imantados a los pies barcelonistas como en aquella pesadilla antigua. El centro era colonizado por los pequeños esclavos del pase y la nación. En el norte del campo, sufría Bale que no acaba de mezclar con las cortinas del salón. Cristiano no se quitaba a los inspectores de encima y acto seguido, Iniesta dibujó un gol lento para el último de los brasileños sonrientes. Al estar Messi mutando en edificio oficial, no se amontonaron los excrementos, pero sí la desilusión.