lunes, 16 de septiembre de 2013

Lunes, 16 de septiembre

LA MUERTE DE SÁNCHEZ MEJÍAS

Sánchez Mejía llegó el domingo a Madrid. Se hace a Ignacio la transfusión de sangre de Pepe Bienvenida. Se acentúa la gravedad. Los últimos momentos. El fallecimiento. Otras noticias.

Hondamente afectados, recogemos la triste noticia de la muerte de Ignacio Sánchez Mejía. Conocíamos la gravedad de su estado por las noticias que nos llegaron el sábado de madrugada desde Manzanares, donde el valiente diestro, en un exceso de pundonor y valor, había recibido la terrible cornada, pero confiábamos en que la fuerte naturaleza del herido y los cuidados a que fue sometido desde los primeros momento habían de evitar el doloroso desenlace.
La muerte de Ignacio ha de llevar un sincero dolor a todos los ámbitos de España, no sólo por tratarse de la figura de un artista popular, sino porque en todas partes era suficientemente conocida su hombría de bien, su caballerosidad y su pundonor artístico.
¡Triste sino el de este infortunado torero! Habían desparecido para él todos los peligros de su arriesgada profesión cuando, después de una vida de continuados triunfos, se retiró al calor de su hogar; pero como en el diestro vivían latentes el entusiasmo por su profesión y la afición, volvió a los toros, pleno de facultades y con tanto valor como se fue. Sus actuaciones en Cádiz, don debutó, y después en San Sebastián, Santander, Coruña, Huesca y Manzanares, donde encontró la muerte, demostraron bien a las claras que Ignacio volvía  a los toros, no para explotar un nombre y una historia, sino para darse por entero a su profesión y dar al público todo cuanto podía ofrecerle como artista. Su pundonor y su valor le han hecho perder la vida.
Hemos de recordar que para esta Casa tuvo Sánchez Mejía uno de aquellos rasgos que le acreditaron siempre como hombre de gran corazón. Su ofrecimiento para torear una corrida a beneficio de la Casa de Nazareth apenas volvió a vestir el traje de luces.
Como, además, nos unía con el artista fallecido una vieja y sincera amistad, compartimos de todo corazón, con su esposa y sus hijos, el duelo que en estos momentos les embarga. Llegue a ellos el testimonio de nuestra más sincera condolencia.
¡Descanse en paz el bravo y pundonoroso torero!
LAS TAURINAS DE ABC
EDICIONES LUCA DE TENA, 2006

Ignacio Ruiz Quintano