jueves, 4 de julio de 2013

Lacalle

Lacalle merendando el martes los aperitivos de Recadhos

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Lacalle es el alcalde destinado a terminar con lo que queda de taurino en Burgos por el procedimiento de tirar la plaza de toros y que parezca un accidente.

    El accidente es la aluminosis o lo que sea el mal del cemento de los 60.

    Entre mis recuerdos infantiles está el de los albañiles yeyés componiendo en el 67 los arcos de ladrillo de la plaza de toros de El Plantío que ahora, igual que un cerdo estira la pata que es un jamón, tirarán al suelo un edificio que es… un solar.

    La modernización de España (entendida como despojarla de toda tradición) es faena que se reparten derecha e izquierda. Y la derecha ha de ocuparse del toro como la izquierda se ocupó del hierro o el carbón.

    El toro totalitario y el hierro revolucionario.

    Donde el hierro, que era el pan de Bilbao, los modernos hicieron el Guggenheim, y donde el toro, Lacalle, que a moderno no le van a ganar los de Bilbao, quiere hacer un “Multiusos” (?) que impida ver los chopos del río como en San Sebastián el Kursaal de Moneo impide ver el mar.

    El “kursaalismo” es un pésimo ismo arquitectónico que en Burgos se agarra como la mano de un novio al Museo del Mono, que fue un empeño de Olivares (el alcalde socialista, no el valido del Rey Planeta) y a la nueva Biblioteca Pública, que fue un empeño del ministro Molina.

    Lacalle no es de tauromaquias, sino de taurineos, nada que no se pueda arreglar con un viaje a Sanlúcar detrás de Morante o a Nimes detrás de Tomás.

    A uno, en cambio, le tira más lo de Miura o Victorino (dos hierros que a Lacalle no le parecen garantía de calidad), y con un amigo que en el 75 vivió aquí el primer festival de música de España (Quince Horas de Rock Ciudad de Burgos) y una faena sublime de Antoñete, he estado despidiéndome de la plaza en cuyas tapias casi me mato de niño por ver el flequillo de El Cordobés y el rabo de Julián García.

    Cuando Lacalle tire la plaza, ¿dónde llevará a merendar a estos heliogábalos el Ayuntamiento?