domingo, 30 de junio de 2013

"Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios"

DOMINGO, 30 DE JUNIO

Y sucedió que cuando se cumplían los días de su ascensión, Él, con determinación, afirmó su rostro para ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de Él; y ellos fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. Pero no le recibieron, porque sabían que había determinado ir a Jerusalén. Al ver esto, sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma ?"  Pero Él, volviéndose, los reprendió, y dijo:

-Vosotros no sabéis de qué espíritu sois,  porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas.

Y se fueron a otra aldea. Y mientras ellos iban por el camino, uno le dijo: "Te seguiré adondequiera que vayas."  Y Jesús le dijo:

-Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.

  A otro dijo:

 -Sígueme.

 Pero él dijo: "Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre." Mas Él le dijo:

-Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú, ve y anuncia por todas partes el reino de Dios

También otro dijo: "Te seguiré, Señor; pero primero permíteme despedirme de los de mi casa." Pero Jesús le dijo: 

-Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios.

Lucas 9, 51-62