sábado, 16 de febrero de 2013

Cording



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Cuando, al entrar en ABC, te decían que el patrimonio de la Casa eran sus lectores (el respetable público, aquí sí), se referían a personas como don José Luis Díaz, que me hace, en carta manuscrita, una rectificación digna del conde de Foxá:
    
El “gabán” del señor Bárcenas no es un Chesterfield, es un Cording que se fabrica en Inglaterra desde 1839. Es un diseño que se representa en el Victoria & Albert.
    
John Charles Cording, sastrería a medida, con Eric Clapton, hoy, de socio, en la esquina Air Street/Piccadilly, a pesar del miedo a las esquinas que según Raúl del Pozo tiene el señor Bárcenas, que para los papeles, y en menos de lo que tarda en persignarse un cura loco, ha pasado de Beau Brummell de Génova a “enemigo público número uno” de España.
    
Pero Del Pozo viene, como Vicent, de la progresía de la liberación, donde a la realidad no le está permitido estropear una orquídea, como ésa de los “zapatos bordados de Prada” y los “zapatos rojos de Prada” que al decir de aquellos autores gasta el Papa, cuya grandeza, ay, no está en su zapatos (obra de un zapatero piamontés, Adriano Stefanelli), sino en su excelsa escritura.
    
Con la Eta en las instituciones (movimiento de gudaris que echaron vises en sus chabolos la tarde del 12 de julio del 97), no consigo ver en Bárcenas al enemigo público número 1.

    Antes, a un árbitro de la elegancia.

    ¡Un Brummell de la socialdemocracia pipera!

    Bioy Casares le contó a Octavio Paz que él y Borges, cuando querían saber si un párrafo estaba bien escrito, decían: “Vamos a leerlo con el tono con que lo leería Alfonso Reyes.”
    
Reyes tuvo debilidades morales: quizá fue demasiado obsequioso con los poderosos. Pero hay que olvidar todo eso y recordar que fue un escritor que logró que el español fuese transparente.
    
No estaría mal que mi amigo Márquez, un Bioy del taurineo, al salir para la Feria me dijera:

    –Vamos a ponernos el Cording con el desasimiento con que lo llevaría Bárcenas.