martes, 23 de octubre de 2012

A Iñaki Ellakuria

Ilustración de Ruano sobre un ejemplar de Mata-Hari en casa de Rafael de Penagos
(De Vida secreta de Mata-Hari, Ediciones Luca de Tena, 2005)


Con el alcohol corriendo por sus venas y en plena huida de un París ocupado que sabía demasiado de sus oscuras actividades, César González Ruano, la pluma más brillante del periodismo español, llegó con su familia a Sitges en 1943, cuando muchos esperaban un regreso triunfal a Madrid tras “sus servicios” en las grandes capitales europeas. En la pequeña localidad mediterránea, suficientemente cerca de Barcelona para no quedar aislado de los círculos literarios y periodísticos (colaboraba semanalmente con Soler Serrano en RNE), ni de la noche canalla en la que se sumergía buscando el prometido final, y tan lejos de la ciudad condal como para hallar el anonimato necesario, Ruano buscó en Sitges la soledad del hombre europeo...