sábado, 12 de mayo de 2012

Segunda de Feria. Los Montalvo y el toreo de carpa (c-a-r-p-a)

Esto no es un toro de lidia


José Ramón Márquez

Hoy el segundo día, la seconda puntata de la “feria más importante del mundo”, como dice el de la tele; segundo día de más de lo mismo, que ni nos enfadamos siquiera porque ante lo esperado no puede surgir la sorpresa ni el desengaño. Hoy pasó justamente lo que tenía que pasar, lo que se anunciaba en el cartel y nadie puede llamarse a engaño.

    Para esta segunda tarde se gastaron un  chiste de lo más simpático. Traen los bóvidos de Montalvo, puritito juampedro, y escriben en el programa la macabra broma de que los propietarios de los derechos de hierro y divisa, que a la sazón atienden por ‘Agropecuaria Trespalacios SL”, tienen además de los Domecq una rama de Martínez, que llevan por separado. Dicen Martínez, como quien dice Cabrera, Schelly, Bequer o Vistahermosa, y a uno se le vienen a la memoria el toro Diano y las tientas de Salvador Sánchez Frascuelo en Colmenar Viejo y es que te entra la risa floja de que unos tíos que alardean de tener esa sangre brava se presenten en Madrid con la escalera de caracol, col, col saca tus cuernos al sol, y de inmundicia juampedrera que han mandado a la calle de Alcalá. ¿Y qué pasa? ¿Es que no tienen huevos a mandar a Las Ventas seis toros de Martínez, de los que llevan por separado, si acaso es que  los tienen de verdad? De eso nada, que lo suyo es que con lo de  Martínez se estén refiriendo a esos falsos sobaos pasiegos que vienen envueltos en un celofán y que se llaman lo mismo.
    
Para entendernos digamos que hoy, por segundo día consecutivo no ha habido toros en Las Ventas. Ya llevamos en dos días trece bichejos que simulan un poco por fuera lo que es el toro, pero que de toro, nanay. Los de hoy se caían constantemente, sin motivo y sin mediar provocación; sin más ni más se iban al suelo y se pegaban unas costaladas como las de Buster Keaton y como él, también sin inmutarse. La penosa presentación del encierro, la escalera del fracaso, fue adobada por los números cabalísticos que el arcano veterinario asignó a los bichejos, el 607, el 549, el 563, el 590, el 590, el 582 y el 546 del sobrero fueron los pesos que la lotería primitiva de los pesos y medidas asignó a las cucarachas que salieron del chiquero de la monumental al abrirse la puerta y ver la luz, que la cucaracha que abrió plaza, vivo retrato de un mandamás del Teatro Real de Madrid, resulta que con lo canija y encogida que estaba, era a la que más peso le tocó en la piñata. Y esa inmundicia fue sancionada con la presencia de un policía, un veterinario y un asesor cuya retaguardia en el palco cubrían unos caballeros a los que, como hacen en los banquetes de boda pueblerinos, les faltó el tiempo para quitarse las americanas, que total, qué más da el Palco que los extintos salones De Torres.

    Y con esta corrida de toros en la que no había toros se anunciaron Uceda Leal, David Mora y Esaú Fernández, que confirmaba.

    De Uceda Leal siempre reconoceremos que le hemos visto matar muy bien; hoy además se presentó como un  torero debe venir a Madrid, estrenando un vestido azul que le ha hecho Fermín y que le sentaba a las mil maravillas. Luego, a la hora de lo que se dice el toreo nos dio lo que suele, que quien le haya visto unas pocas veces ya sabrá que esto quiere decir la nada taurina. Al público poco avisado le habían anticipado que este torero mata bien y le aplaudieron una estocada entera en la que se quedó en la cara del toro como un pasmarote y no le vieron otra estocada de mejor ejecución con medio estoque arriba, ninguna de las dos, por cierto, como para emocionar a Rafael Ortega.
    
David Mora dio hoy la segunda entrega de su particular vía crucis en Madrid y la tercera en lo que a quien esto escribe se refiere. Si estuvo mal en Madrid en Resurrección, si estuvo mal en Sevilla con un Victorino de locura para el toreo de vaivén, hoy ha vuelto a estar mal con las cucarachas de Montalvo con idénticos argumentos, que son justamente los opuestos a los que le dieron renombre y cartel en la temporada pasada. Insistió hoy en dar unas poncinas sin venir a cuento, como hizo en Sevilla a su primer victorino; insistió en un toreo por las afueras y sin compromiso y consiguió que la plaza rugiera con cuatro muletazos en redondo que le pegó a su segunda cucaracha -liebre vale también- mientras ésta se movió bobamente detrás del engaño como un perro, y como el bicharraco se paró, entonces the thrill was gone, las cañas se tornaron lanzas y la banda comenzó a pasar de él. Mora pareció hoy ansioso por engrosar las filas del neotoreo cultural, óptimo para la carpa de Dragó, pero pagando el alto precio de dejar de lado lo que le dio cartel y contratos el año anterior. Da la impresión de que, cerca de él, alguien le está engañando.

    No hay engaño posible con Esaú. Si su homónimo bíblico vendió los derechos de primogenitura por un plato de lentejas, este Esaú contemporáneo vendió la promesa de un posible torero a la vulgaridad y a la zafiedad. El innoble bicharraco de su confirmación le tapó con sus caídas y su falta de ánimos para embestir, pero el segundo, que se movió algo más y que en banderillas le derrotó muy feamente a Isaac Mesa, sirvió para mostrar las espantosas formas de este joven matador que debe plantearse muy seriamente su visión del oficio y perder un poco de tiempo en el análisis de faenas de los grandes toreros, a ver lo que saca en claro. El circular invertido del día lo protagonizó Esaú, tal y como pronosticaban las apuestas, en su segundo toro.

    El ilmo. Sr. Florito sacó sus bueyes, ilmos. bueyes, a trabajar un poco para llevarse devuelta una cucaracha de Montalvo y permitir que al fin viera la luz un sobrero de Yerbabuena que llevaba más mili en los corrales que los palos de las tres banderas juntos. Al morir el tercero, Moncholi se refociló en la degustación de un bocadillo, aparentemente de tortilla de patata. Estaría bien que diese cuenta de esta circunstancia humana en su diaria, poética y personalísima reseña de la corrida que suele dar en la televisión pública de Madrid.


La papela de Abella

Minuto de silencio por la muerte de don Salvador García Cebada
Uceda, Esaú Fernández, David Mora y cuadrillas

El homenaje a Cebada se quedó en este minuto de silencio o padrenuestro de la nada
Los Montalvo que salieron constituyeron una mofadel toro de lidia

Uceda Leal no pasó de la raya

Esaú Fernández, camino de la puerta de chiqueros

Portagayola de Esaú Fernández a su primero

Descamisados en el palco con el presidente-poeta

Uceda confirmando a Fernández en presencia de Mora

 Esaú y su plato de lentejas

 Arte, Cultura y Florito

David Mora, a verlas venir

Dale, dale
Vale, vale

 Mora atendiendo a un pobre inválido

El cuarto de Telemadrid
El crítico merendando y los cámaras currando

Panorama sobre el puente

Portagayola de Esaú Fernández a su segundo

La campechanía del apoderado
 de Esaú

Por ahí se fue la tarde