sábado, 5 de mayo de 2012

Ministras andaluzas

Para educar
La "señá" María
  
Francisco Javier Gómez Izquierdo

Ha sacado el señor Pepe (José Antonio en el DNI)  Griñán  la lista de sus ministros... y los que tenemos hijos en edad de aprender no podíamos imaginar peor selección. Como en el Real Madrid, había en Andalucía un Raúl amortizado en femenino enredando de continuo con su valía de mujer progresista, celosa de sus planes educacionales... y mire usted por dónde, el señor Griñán ha repescado al Rasputín redivivo que responde al nombre de Mar Moreno. De nuevo habrá becas para los que catean cinco asignaturas y serán perseguidos los jóvenes que tengan la mala costumbre de sacar diez sobresalientes. Niños de 16 años sufragarán su carné de moto con la generosidad de doña Mar y los mejores alumnos andaluces necesitarán del sacrificio de sus padres para pagarse un bachillerato decente. Las plazas de los institutos seguirán reservadas a los hijos de madres separadas o solteras, a los que tengan hermanos sordos o rencos, y a los que demuestren pobreza cuanto más miserable mejor. La aplicación, el esfuerzo y las notas seguirán sin contar, pero la cosecha de votos continuará como solía. No me extrañaría que en ésa persecución por la juventud de provecho, ideara doña Mar una sangría pecuniaria a las disciplinas que requieren elevadas calificaciones -Medicina, Biología, Veterinaria....- para presumir ante sus conmilitones de socialismo moderno.

      Si sorpresa me ha producido la repesca de Mar Moreno, la “gastadora” (“...padre, mándeme perras que me han hecho cabo gastador”, escribió un recluta de los Juarros por los 70), llamemos consternación a la elección de Elena Cortés como ministra de Vivienda y Fomento, sonoro título que uno no sabe qué competencias abarcará.

      La tal Elena es conocida en Córdoba más por gamberrear que por méritos cívicos y como su nombramiento parece el peaje a pagar por el señor Griñán al Partido Comunista, uno espera cualquier disparate de persona tan incapaz.  Esta moza y una tal Rosa Candelario amiga del botellón en Ciudad Jardín y enemiga de los vecinos del barrio a los que invitó a mudarse a otro si les molestaba el alboroto nocturno, se hicieron valer hace cuatro o cinco años como concejalas con actuaciones harto llamativas. Elena Cortés, voraz comecuras y devota castrista, se apostó con una sirena de las tómbolas en el balcón de su casa tras una pancarta con un NO categórico y dictatorial al paso de una procesión de Semana Santa en la tarde del Domingo de Ramos.  Se lo recriminó mucho doña Rosa Joaquina, alcaldesa por entonces. Tuvo que excusarse por escrito y fue apartada del primer plano municipal. Le fueron encomendadas tareas menores, como visitar las escuelas y organizar lecturas de poemas. Hoy, Elena Cortés, lozana y andaluza de Priego, es nombrada “caballera”  entre sus paisanos y está por ver de lo que es capaz en la próxima Madrugá de las Vírgenes sevillanas... si dura hasta entonces.

Para vivir
La "señá" Elena