martes, 24 de abril de 2012

El gol


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Quería hablar del gol más importante de la historia de la Liga, el gol 108, un gol de récord, anotado por Khedira (“polvo, sudor y hierro”) en el Camp Nou, gol de melé de futbolistas a lo “Deadwood”, hechos a puñetazos, dos catalanes, un portugués y un alemán, que es el que gana, renovando así el mito prusiano que arranca en Atapuerca, que, después de todo, es mi pueblo.

    Yo de Florentino Pérez encargaría a Víctor Ochoa, que es nuestro Felix de Weldon, un memorial para la esquina del Bernabéu como el de la melé de Iwo Jima en Washington, con Pepe y Khedira plantando sus reales sobre Valdés y Puyol, y por corona del mundo, un balón, como en el poema de Pemán, que inventó lo de “esférico”, empleado como cultismo, vía Matías Prats, por nuestros radiofonistas de culto.

    Iba uno a hablar de un gol y la economía española entra en recesión, así que marcho a Sevilla a ver los toros, como cuando lo de Cuba. Lo de la España frívola yéndose a los toros la tarde del desastre de la Escuadra es mentira (fue a la salida de los toros cuando la gente se enteró, y al día siguiente la plaza estuvo vacía), pero no es cosa de torcer el discurso, y menos cuando a nadie importa la verdad.
    
Mano a mano de Mora y Fandiño con victorinos en Sevilla, para los nostálgicos de la tauromaquia o arte de lidiar con un toro, pata “alante”, “arribabajo” y “fueradentro”, que tampoco es más (ni menos), tauromaquia del Ministerio del Interior, lejos del Arte y la Cultura del G-10, que es ese gay-trinar de los toreros conjurados para no volverse a poner delante de un toro.