martes, 27 de marzo de 2012

Acento

Las mariscadas de Torrijos

Ignacio Ruiz Quintano

Abc

No veo el fracaso electoral de Rajoy. Después de todo, no le han quitado Galicia; simplemente, no le han dado Andalucía.

El cuarentañismo socialistón ha hecho del andaluz un gramsciano (del Gramsci de Torresandino, más asequible que el Gramsci de Cerdeña), y, frente al pesimismo de la razón pepera, ha votado por el optimismo de la voluntad sociata, que nace de las mariscadas de Torrijos.

Se necesita mucho coraje para levantarse un domingo de primavera en Sevilla y correr a votar a unos tipos que quieren ponerte a chupar raíces cuando en la mesa de al lado hay otros tipos prometiéndote cuatro años más de chupar cigalas.

Además, Andalucía pide gracia, y ya decía Camba que a un pontevedrés le es más difícil caer en gracia que a un sevillano, pues al pontevedrés las gentes le exigen una gracia de concepto, mientras que al andaluz le basta con el acento.

Los gallegos no tenemos público. Uno dice que es gallego y nota en el auditorio un deseo así como de contestarle: “¡Hombre, no! Eso será una aprensión de usted…”

Griñán tampoco es andaluz, pero tiene la gracia de llamarse José Antonio y de dirigir el socialismo cuarentañón viniendo de un oficial de la Casa Militar de Su Excelencia el Jefe del Estado y fundador de “Corta Cabeza”, que, miren por dónde, es la ventaja hípica que ha sacado.

¡Ah, la gracia del acento! Espero que quite el hambre. Tengo un amigo que ha establecido una academia de inglés junto al Bernabéu. Contrató profesores americanos, y ahora los piperos le piden “acento british” (?). Como el del nuevo “speaker” de Las Ventas y su castizo “between bull and bull”.


La academia de mi amigo junto al Bernabéu