viernes, 23 de diciembre de 2011

La gestoría

Si nos vamos a poner finos con el nuevo gobierno,
ahí está Felipe González

Ignacio Ruiz Quintano

Abc

Rajoy no ha puesto un gobierno, sino una gestoría. Viniendo de lo de Zapatero, que parecía una peluquería en sábado de boda, no está mal. Su única misión es reparar cuanto antes la hucha pública para que regrese la izquierda rumbosa.

Faltan gusiluces, pero ¿a quién vas a meter en una gestoría? ¿A Manuel Pizarro? ¿A Francisco González? ¿A Florentino Pérez?

El montaje de Mariano es un matriarcado con María Soraya: joven, modesta y con carrera, es decir, todo lo contrario de la inolvidable Vegona. Más abajo, dos señoras que alguna guerra darán: Ana Mato, con su aire de llevar el Rastrillo de los pobres, y Fátima Báñez, con su aire de María Ostiz (lo primero que llamó la atención de los tuiteros) cantando “Canta cigarra” para cinco millones de parados.

(...)

Por su propia esencia la administración es secuaz y segundona.

Desde luego, yo no veo a Mariano de falangista y tampoco de Mercurio gallego arrancándole los nervios al viento con la lira; si acaso, de Churchill (las maneras, digo) arrancándole los nervios al periodismo con el puro, por una de cuyas volutas contempla los trabajos de la gestoría pensando en Bruselas como Felipe II oía misa por el ventano de El Escorial pensando en Flandes.

El puro será frivolidad, pero en las guerras y en las revoluciones, dice Foxá, los hombres hambrientos piden tabaco en vez de pan.

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