lunes, 27 de junio de 2011

Hambre Fifa y hambre Fao

El capote de Sergio Ramos

Ignacio Ruiz Quintano

Abc

El verdadero golpe bajo a la imagen del Madrid ha sido el apoyo de Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos a la candidatura de Moratinos a la presidencia de la Fao.

Moratinos es lo que en la calle se llama un lúser, y gasta mofletes que lo incapacitan para ir por la vida prometiendo la solución del hambre en el mundo.

El programa de Moratinos para erradicar el hambre del mundo es una burda copia de la sátira de Swift sobre el mismo problema en Irlanda: “Una modesta proposición para prevenir que los niños de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o el país, y para hacerlos útiles al público.” Asarlos y comerlos. Eso es todo.

Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos pueden representar al hambre Fifa, pero en ningún caso al hambre Fao.

El hambre Fifa es el hambre de cuero o balón. El hambre Fao es el hambre que te deja sin dientes, de no tener en qué emplearlos. Todavía hay futbolistas que, por escapar al hambre Fao en la infancia, a la primera oportunidad se convierten en auténticos genios del hambre Fifa. Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos son un ejemplo, y por eso sorprende más verlos embaucados por la palabrería de ese buhonero de la política que es Moratinos.

Una vez en la silla de la Fao, toda la hambre que Moratinos consiguiera quitar en el mundo sería para traérnosla a España, y el marrón entonces recaería en Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos, que es decir en el Madrid.

Cuando Stephen Hawking alerta al mundo sobre la amenaza extraterrestre, en realidad está alertando sobre la amenaza de Moratinos.

No son nuestros amigos –ha dicho Hawking, el inventor de la “sopa originaria” de la que, según él, salió este mundo, que es el nuestro.

Pongamos que esos extraterrestres son unos indignados con rastas procedentes de Marte: todo cuanto tendríamos que hacer para que se fueran por donde hubieren venido es enviarles a Moratinos con el encargo de leerles su programa contra el hambre.

Pase, pues, lo del Barcelona anunciando a la Unicef del turco Erzik. (Yo no sé qué tendrá la Unicef, pero, sólo con mentarla, Mourinho desató el “invierno nuclear”. A mí la Unicef me parece una quimera desde que fui a entrevistar a Peter Ustinov, el de “Quo vadis?”, que había venido a Madrid a vender tarjetones de Navidad y se hospedaba en una suite del mejor hotel de la Castellana.) Pero que el Madrid corra el riesgo de acabar anunciando a la Fao de Moratinos es disparate...

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LA CRESTA MOHICANA

Si Ronaldo, según Valdano, era una manada de búfalos, Neymar es un cartón de “Pielroja”, con esa cosa de frontera que le da su cresta mohicana.
¿Un vikingo disfrazado de indio?
Ahí queremos ver, atando ese derbi por el rabo, a Manzano.
Es verdad que Maradona dice que Neymar es un maleducado, pero no por la cresta, sino por estorbar un poco la operación de la que depende la colocación de su yerno.
El problema social es que, si Neymar recala en el Madrid, en Madrid, para afrontar el otoño que viene, todo el mundo irá de mohicano.