lunes, 26 de julio de 2010

Epigramas del cuerno

Vender vi en una feria
de ciervo un cuernecito,

con su engaste de plata
asaz mono y pulido.

Pedí al platero el precio,
y él, liberal y fino,

por lo que quise darle,

darle sin tardar quiso.
Cogíle, y a mi casa

llevé el dije conmigo,
y a mi mujer le ruego
le acepte por ser lindo.

Ella exclamó riendo:

-¡Válgame Dios, marido!
¿Quién compra lo que tiene

de sobra en su recinto?

Si de vender hubieras

de aquestos dijecillos,

no bastara una Lonja
ni un pueblo a consumirlos
.

J. IGLESIAS