sábado, 16 de enero de 2010

AY, MI CUBA


Cuando aquel apóstol de la sensibilidad que era el Ché Guevara hacía de ministro de Cuba, mandaba a sus funcionarios del departamento de Comercio a Moscú para que formalizaran el lógico intercambio de bienes entre dos países hermanos: La Habana enviaba a Moscú barcos atestados de azúcar, y Moscú enviaba a La Habana excedentes de máquinas quitanieves. El Ché, y no Al Gore, es el verdadero visionario del Cambio Climático.

P.D.- En los regímenes comunistas, psiquiátrico es el nombre que designa a los recintos de disidentes.