miércoles, 16 de diciembre de 2009

FLOR DE CANANAS



Aquellos días eran vertiginosos y éticos: vivir en flor de cananas era, tres rayitas, o sea, idénticamente igual a morir en olor de santidad...

Mira, Manolita la Culona, perdón, el señor Azaña, era un pobrea y un cobarde... Sí, sí... Poco después de lo de Casas Viejas, a eso de la medianoche, un hombre le gritaba "¡ASESINO!", con todas sus letras, desde la acera de enfrente a sus balcones encendidos todavía. A la segunda madrugada, dos disparos frenaron en seco los gritos en la calle, un tercero, ¡pam!, el de gracia... Desde esa noche no pudo volver a dormir. Pregúntaselo al Cipri, a su cuñado Rivas-Cherif, que te diga si la cosa fue así o no...

Date cuenta de que la Ley para la Defensa de la República fue un salvoconducto para las torturas, incluso asesinato de quien no respetara aquel régimen atrabiliario y pobretero de burócratas, ateneístas y conspiradores de café que se habían enamorado de sí mismos...


FLOR DE CANANAS

Vicente Tortajada

Editorial Renacimiento
Sevilla, 1999


Solapa.- Tras una trama novelesca, don Federico Padilla O'Farrell (Joe Derise cuando publica relatos o compone para Broadway), desde su retiro en el dorado Nueva York de 1950, cuenta los recuerdos que guarda del médico sevillano Pedro Vallina, anarquista de singular importancia en la Sevilla de los años 20 y al mismo tiempo persona de natural atrabiliario...