martes, 24 de noviembre de 2009

CA'N MIQUEL / FORN DE SA PELLETERIA


José Ramón Márquez

El horno de la calle Pelletería, el Forn de Sa Pelleteria, lleva funcionando sin parar desde 1565. Miquel es quien en nuestros días tiene el privilegio de poder usarlo para cocer y, sabedor de su responsabilidad, le da un uso noble y sabio. Por desdicha, el horno ya no alberga el pan en las madrugadas, pues actualmente no hay quien pueda con la competencia de las panificadoras industriales, pero, a cambio, Miquel lo enciende todos los días a las cinco de la mañana, sin que aún haya perdido el calor del día anterior, para poder empezar a meter las cotidianas ensaimadas a partir de las siete.

Y además de las ensaimadas, desde la de bacalao hasta la de chocolate, también el hojaldre o pasta de fulls, los cremats, los panades de peix o de pollastre, los coques y coques dolces o los pastissets con ciruela o con roquefort y dátiles en los que brillan con naturalidad las dos virtudes que adornan a su creador, virtudes realmente escasas en nuestros días: la maestría y la humildad.

- Bueno, Miquel, véndanos unas ensaimadas.

- No tengo. No llamasteis...

- Claro.

¿Por qué razón iba a haber cocido una ensaimada para ti, si él no sabía que vendrías a por ella?

Y en ese planteamiento anti comercial, en esa declaración de principios en la que sólo la calidad importa, Miquel habla por sí mismo y en representación de todos los que antes de él usaron el Forn de Sa Pelletería, en Palma de Mallorca, al lado del Temple.

***


Y para quien sea olvidadizo y no tenga la precaución de hablar el día antes con Miquel, siempre quedará la solución del Forn Fondó.